Aristipo recomienda: «El dios salvaje», de Al Álvarez

Patricio Rago, fundador de Aristipo, una de las librerías más interesantes de Buenos Aires, va a compartir periódicamente con Sonámbula alguno de sus textos favoritos, clásicos, descubrimientos sorprendentes o lo que le dicten su capricho y su buen gusto. Hoy , un fragmento de El dios salvaje, de Al Álvarez.

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 Álvarez es un poeta inglés nacido en 1929. Es también ensayista y fue amigo y uno de los últimos confidentes de Sylvia Plath. Escribió varios poemas, un libro sobre la noche y otro, maravilloso, sobre el suicidio. En este último, llamado El Dios salvaje, narra un hecho de su infancia que a mí me parece un extraordinario cuento breve.

Acá se los dejo.

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“Cuando yo iba al colegio había un profesor de Física inusualmente apacible y bastante desorganizado que se la pasaba hablando en broma del suicidio. Era un hombre bajito de ancha cara rojiza, gran cabeza cubierta de rulos grises y una sonrisa permanentemente atribulada. Se decía que en Cambridge, contrario a la mayoría de sus colegas, había obtenido en su asignatura la nota más alta. Un día, hacia el final de una clase, señaló tenuemente que quien quisiera cortarse la garganta debía cuidarse de meter primero la cabeza en una bolsa, pues de lo contrario dejaría todo hecho un desastre. Todo el mundo se rió. Luego sonó el timbre de la una y todos los muchachos salimos en tropel a almorzar. El profesor de física se fue en bicicleta a su casa, metió la cabeza en una bolsa y se cortó la garganta. No dejó un gran desastre. Yo quedé tremendamente impresionado”.