Catorce notas sobre Malcom Lowry
Por Pablo Minini
A pocas horas de cumplirse 65 años del fallecimiento del escritor inglés Malcom Lowry, un 26 de junio de 1967, Pablo Minini destaca en 14 notas algunos datos para acercarnos al muchas veces infravalorado autor de Bajo el volcán, una de las novelas más importantes del siglo XX.
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1. “Hay muchos niñitos en los barrios bajos que serían felices con lo que tú tienes”, le decía su madre. “Dios mío, cuánto los envidiaba”, escribió él años después.
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2. Nació en 1909 en Cheshire, Inglaterra, como Clarence Malcolm Lowry, hijo de un industrial del algodón. Su familia tuvo mucho dinero. Su padre jamás confió en la capacidad de Malcolm para administrar plata y por eso le ponía tutores y albaceas que le pasaban una mensualidad. Lowry lo llamaba “El Viejo” y sus relaciones siempre estuvieron marcadas por la incomprensión por parte del padre y el rechazo al estilo acomodado de vida familiar por parte del hijo.
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3. Fue a escuelas para niños ricos, estudió en Cambridge. Aborrecía la rutina escolar, no le gustaban los deportes, escribía cuentos en diarios escolares “para espantar a los burgueses”, según decían sus profesores. Su primer seudónimo fue Camel, por sus iniciales, CML.
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4. Descubrió la literatura, el alcohol, el psicoanálisis, a Joyce, a Fitzgerald, a O´Neill, a Marx, a Coleridge, a Rabelais, a Rimbaud, a Shelley, al teatro isabelino, al cine expresionista alemán, al mar, a los barcos. Descubrió muchas cosas y todo jugaba en el mismo nivel y al mismo tiempo en su mente y en lo que escribía. No podía poner una cosa en segundo plano por demasiado tiempo y por eso sus escritos están repletos de referencias literarias. Leer una novela de Lowry es al mismo tiempo leer lo que él estaba leyendo o había leído o vivido.
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5. Entre todas las cosas que no podía apartar mucho tiempo de sí mismo, la que menos podía apartar era el alcohol. Y los bares. Y las peleas en los bares.
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6. Dicen, para insultarlo, que no podía diferenciar mucho la realidad efectiva de lo que sucedía en su mente. Y era así porque eligió vivir así. Incluso él estaba convencido de que no había mucha diferencia entre una y otra realidad. Por ejemplo, mató a un personaje en una novela y luego un hombre murió exactamente en la forma en que él lo escribió. Para él no era casualidad.
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7. La culpa por todo lo carcomía. Siempre se creyó responsable por el suicidio de un amigo al que dejó solo una noche aciaga. Le gustaba estar con gente, sólo para meterse en un rincón o debajo de una mesa a tocar el ukelele. Amaba y odiaba a su padre. Estaba convencido de que tenía sífilis o gonorrea y se lo decía a todo el mundo, sólo para que no tener que justificar por qué le daban miedo las mujeres. Usaba el psicoanálisis para explicar todo como excusa y eso le daba culpa. Era brutal a veces. Engordaba y adelgazaba continuamente.
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8. Tuvo como mentor al reaccionario y misógino Conrad Aiken. Se embarcó hacia Noruega para conocer al escritor y periodista marxista Nordhal Grieg. Fue antifascista, quiso combatir en España y no lo hizo.
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9. Escribió una de las novelas más importantes del siglo 20, Bajo el Volcán, novela sobre un cónsul inglés que se ahoga en alcohol en el México de Cárdenas. Hay muchas dualidades en la novela, una de ellas es el recurso a desdoblar a una persona en dos personajes, el Cónsul y Hugh, su hermano, uno en una carrera para matarse y el otro en una carrera para ir a combatir en España contra el fascismo. “No hay paz que no pague pleno tributo al infierno”, dice Hugh, para justificar por qué va a ir a luchar. La rechazaron doce editoriales y la reescribió cuatro veces. Su editor le respondió que no le convencía mucho el manuscrito y Lowry intentó matarse. No lo hizo. En cambio escribió una carta que es uno de los análisis más conscientes que se haya hecho de la propia obra, un compendio de su propia estética, un largo manual de técnica literaria. “Podría haber escrito una novela mejor, pero esta es la que yo puedo escribir”. Finalmente aceptaron publicarla tal cual estaba escrita una editorial en Estados Unidos y otra en Inglaterra, el mismo día, 6 de abril de 1946. Fue un éxito, se tradujo de inmediato a varios idiomas. Y ese mismo éxito lo aterraba. Ya no pudo volver a trabajar sin temor.
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10. Los títulos de sus obras, publicadas o no, son hermosos: Ultramarina, Lunar Caustic, Bajo el Volcán, Rumbo al Mar Blanco, La Mordida, Oscuro como la tumba donde yace mi amigo, El faro atrae a la tormenta.
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11. Quiso publicar una especie de viaje desde el infierno del volcán, pasando por el purgatorio lunar y llegando al paraíso del mar blanco. No pudo completar el arribo al cielo, porque el único manuscrito de En rumbo… se quemó junto con su casa en 1944. En 1980 descubrieron en el cajón de un escritorio otro ejemplar inconcluso de esa novela que él mismo había olvidado. Nunca sabremos si la olvidó o decidió no publicarla.
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12. Los barcos significaban el viaje, un tránsito perpetuo que sólo se detenía con la muerte, mientras la nave seguía adelante en otros mares y con otros marineros. Quería completar una saga de cinco novelas que llevarían por título “El viaje que nunca termina”. No pudo. “Pienso cinco novelas por noche y durante el día no puedo escribir ninguna”.
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13. Estuvo internado muchísimas veces para dejar de tomar. Nunca pudo. El 26 de junio de 1957 se emborrachó y se tragó unas cuantas pastillas para dormir. Lo encontraron muerto al día siguiente.
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14. Escribió un poema, “El barco está volviendo a casa”, que termina:
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(…) más allá del palo mayor, silenciosa
oscuridad, o el girar de parpadeantes formaciones de estrellas
a la deriva en un blanco océano de dudas.
Quizás este vagabundo ondula hacia el porvenir
que ensombrece al océano menos que el odio
en las mentes de los marinos. ¿Esa estrella es amargura
entre estrellas de amor? ¿Este carguero lleva a la eternidad?
¿Dónde vamos? Vida, sálvanos a todos.
oscuridad, o el girar de parpadeantes formaciones de estrellas
a la deriva en un blanco océano de dudas.
Quizás este vagabundo ondula hacia el porvenir
que ensombrece al océano menos que el odio
en las mentes de los marinos. ¿Esa estrella es amargura
entre estrellas de amor? ¿Este carguero lleva a la eternidad?
¿Dónde vamos? Vida, sálvanos a todos.