Crecen las denuncias contra el «apartheid» israelí: músicxs, cineastas, escritorxs y misses se suman al boicot
Por Pedro Perucca
En el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, Pedro Perucca propone un recorrido por noticias de las últimas semanas que dan cuenta de múltiples iniciativas de denuncia y boicot contra las criminales políticas racistas del Estado de Israel contra Palestina. Un manifiesto de referentes culturales contra las acusaciones israelíes sobre seis ONGs humanitarias, una carta de escritorxs en apoyo a la decisión de la escritora irlandesa Sally Rooney de no ceder los derechos de traducción al hebreo de su última novela y hasta la renuncia de numerosas «misses» del concurso de Miss Universo 2021, que se realizará en diciembre en Israel.
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Desde 1977 la Organización de Naciones Unidas (ONU) conmemora cada 29 de noviembre el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Este año, el día se cumple en medio de numerosas acciones de boicot y solidaridad activa contra el criminal gobierno sionista en Israel. Escritores que rechazan la edición de sus libros en el país que está llevando adelante un genocidio contra el pueblo palestino, concursantes de Miss Universo que se retiran de la competencia que este año se realiza en la ciudad israelí de Eliat y gobiernos europeos que rechazan la compra de productos fabricados en los territorios ilegalmente ocupados, son algunos de los muchos ejemplos de solidaridad activa que se multiplican en el mundo.
La conmemoración de la ONU recuerda que en 1947 la Asamblea General del organismo internacional aprobó la resolución 181 (la “resolución de la partición”), que proponía la creación de un estado judío (al que se le otorgaba el 56% del territorio) y uno árabe (con el 43%) en Palestina, con Jerusalén como corpus separatum bajo un régimen internacional especial. La resolución dio lugar a la inmediata ofensiva sionista para expulsar a cientos de miles de pobladores palestinos y arrasar más de 500 pueblos y pequeños asentamientos palestinos, en lo que la historia palestina recuerda como la Nakbah (la catástrofe). Más allá de la ofensiva terrorista inicial del sionismo, luego sus triunfos en las guerras contra los países árabes y su constante política expansionista (en abierta violación al derecho internacional), llevaron a una ocupación del territorio superior al 70%, con ambiciones de eliminar total y completamente a la población palestina de su tierra histórica para crear un “gran Israel” sin presencia árabe.
Los crímenes del gobierno Israelí, que ha convertido a Cisjordania en un territorio fragmentado de imposible soberanía y a Gaza en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo, son crecientemente repudiados a nivel internacional. Pero el gobierno de la entidad sionista se permite ignorar todas las condenas, apoyado en su histórica alianza con los Estados Unidos (que se sostiene independientemente de los cambios de administración entre demócratas o republicanos). Pero, más allá de su indiscutible poderío propagandístico, el repudio al genocidio en curso crece en todo el mundo.
Una ofensiva en todos los terrenos
No nos detendremos en las infinitas violencias que el sionismo ejerce sobre el pueblo palestino, en términos militares, comerciales, políticos y simbólicos, que se expresan en una constante violación de los derechos humanos de la población civil, a la que se golpea constantemente, incluso más allá de los períodos de abierta ofensiva bélica.
En la más reciente gran ofensiva militar israelí sobre Gaza, en mayo de este año, los bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel causaron más de 250 muertes civiles, incluyendo a 67 niñxs, además de casi dos mil heridos. Otros 11 palestinos fueron asesinados durante las protestas en Cisjordania. Dando cuenta de las intenciones oficiales de silenciar la enésima carnicería, se demolió con misiles el edificio que alojaba a la cadena periodística internacional Associated Press y a la televisora árabe Al Jazeera, además de otros medios de prensa, argumentando que allí también se realizaban encuentros de Hamas.
En el marco de esta brutal ofensiva contra la población civil palestina, con la excusa de la lucha contra el terrorismo, en los últimos días el Ministerio de Defensa de Israel declararó a seis ONG palestinas como organizaciones terroristas, con lo que ahora estas entidades humanitarias que operan en Cisjordania corren el riesgo de ser directamente clausuradas por intervención militar. Algunas de estas asociaciones quedaron en la mira del sionismo después de promover acusaciones por crímenes de guerra ante el Tribunal Penal Internacional contra altos cargos militares y civiles de Israel. El argumento oficial contra las ONGs fue el de financiar de manera encubierta al Frente Popular para la Liberación de Palestina, sin haber presentado prueba alguna. La organización israelí defensora de los derechos humanos B’Tselem defendió a las ONG acusadas y definió a la decisión del Gobierno como un “acto característico de regímenes totalitarios” para acallar voces críticas.
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos Michelle Bachelet denunció: “Las organizaciones afectadas son algunos de los grupos humanitarios de derechos humanos más respetados en el territorio palestino ocupado y durante décadas han trabajado de cerca con Naciones Unidas. Pedir derechos ante la ONU u otro organismo internacional no es un acto de terrorismo, defender los derechos de las mujeres en los territorios palestinos ocupados no es terrorismo y dar asistencia legal a palestinos detenidos no es terrorismo”.
A mediados de noviembre comenzó a circular un manifiesto contra el ataque a las ONG humanitarias, que recogió 11 firmas de personalidades del mundo de la cultura, incluyendo a cineastas, escritorxs, músicxs, actores y actrices. “La designación por parte de Israel de estas seis organizaciones palestinas como grupos terroristas y la orden militar que las prohíbe ponen en peligro inminente la seguridad de estas organizaciones y de su personal. La orden militar permite a las fuerzas de ocupación israelíes irrumpir en sus oficinas, cerrarlas por la fuerza, detener arbitrariamente a su personal para que sea juzgado por tribunales militares israelíes, e instituir otras represalias, como la prohibición de viajar y la revocación de la residencia, contra sus miembros”, explican.
Entre las firmas se destacan algunos nombres universalmente reconocidos, como los directores Ken Loach y Alfonso Cuarón, estrellas de la pantalla grande como Susan Sarandon, Richard Gere, Liam Cunningham, Juan Diego Botto y Carlos Bardem; escritores como Irvine Welsh y Naomi Klein, y músicos como Roger Waters (de histórico compromiso contra los crímenes sionistas) y René Pérez (Residente).
El boicot literario
Hace algunos meses la escritora irlandesa Sally Rooney se negó a que la editorial israelí Modan tradujera su tercera novela (Beautiful World, Where Are You) al hebreo, sumándose a la lucha internacional del pueblo palestino contra el “apartheid” israelí (como lo definió un reciente informe de la organización Human Rights Watch, HRW). En su rechazo a la propuesta editorial, Rooney hizo explícita su adhesión al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), una iniciativa internacional contra el régimen de ocupación. Las librerías israelíes respondieron quitando de sus estantes las dos primeras novelas de la autora.
El pasado 22 de noviembre el grupo pro palestino Artists for Palestine UK comenzó a difundir una carta de apoyo a Rooney con una lista importantes adhesiones literarias de Estados Unidos y Gran Bretaña. La carta, firmada por más de 70 escritorxs, guionistxs y editorxs, comienza explicando que “los artistas palestinos han pedido a sus colegas internacionales que pongan fin a la complicidad en las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel, y esto para muchos de nosotros es una clara obligación ética”. Luego considera que la negativa de Rooney a firmar con una editorial que también comercializa el trabajo del Ministerio de Defensa israelí es “una respuesta ejemplar a las crecientes injusticias infligidas a los palestinos”.
Luego destaca que según HRW, Israel está cometiendo “los crímenes de lesa humanidad del apartheid y la persecución” y recuerda los recientes bombardeos a Gaza y los constantes desalojos de familias palestinas de la Jerusalén Oriental ocupada. Y agrega: “Este es el contexto de la decisión de Sally Rooney. Al hacerlo, ella no está sola. En mayo, fue una de los más de 1600 artistas que condenaron los crímenes de Israel en ‘Una carta contra el apartheid’. El apartheid israelí, dijeron, está ‘sostenido por la complicidad internacional’ y es nuestra responsabilidad colectiva reparar este daño”. “Como ella, continuaremos respondiendo al llamado palestino a una solidaridad efectiva, al igual que millones apoyaron la campaña contra el apartheid en Sudáfrica. Continuaremos apoyando la lucha pacífica palestina por la libertad, la justicia y la igualdad”, concluye.
Entre los firmantes se encuentran lxs autorxs irlandeses Niamh Campbell, Kevin Barry, Ronan Bennett, Keith Ridgway, Seán Hewitt, Rita Ann Higgins, Emer Martin y William Wall; lxs estadounidenses Rachel Kushner, Eileen Myles, Roxanne Dunbar-Ortiz y Eliot Weinburger; los británicos Geof Dyer, Monica Ali, Sabrina Mahfouz, Caryl Churchill y nuestro querido China Miéville. También firman el historiador y cineasta pakistaní Tariq Alí y la guionista y directora española Isabel Coixet.
El repudio de las misses
Este año la 70ª edición del certamen Miss Universo se llevará a cabo en la ciudad israelí de Eliat, a partir del 13 de diciembre. Mientras que las candidatas de 78 países ya están arribando a Tel Aviv para los primeros eventos del concurso, que este lunes incluye un recital de Black Eyed Peas, también siguen sumándose las renuncias al evento, por lo demás anacrónico.
En las últimas semanas el gobierno sudafricano le retiró el apoyo a la empresa Miss S.A. de ese país, que de todos modos decidió llevar a su candidata Lalela Mswane. La ministra sudafricana de Deportes, Artes y Cultura Nathi Mthethwa planteó que esa decisión carecía de una “apreciación del posible impacto negativo de tal decisión en la reputación y el futuro de una joven negra”. Y añadió: “Las atrocidades cometidas por Israel contra los palestinos están bien documentadas y el gobierno, como representante legítimo del pueblo de Sudáfrica, no puede en buena conciencia asociarse con eso”.
Poco después Miss Grecia, Rafaela Plastire, hizo pública su renuncia en apoyo explícito a la lucha del pueblo palestino. Desde su Instagram, escribió: “No puedo subir a ese escenario y actuar como si nada estuviera sucediendo cuando la gente está luchando por sus vidas allá afuera”. Luego enfatizó: “¡Estoy decepcionada con Miss Universo por esto! Fue un sueño de la infancia para mí, pero realmente no me importa. ¡Me preocupo por mi gente! ¡La humanidad por encima de los concursos de belleza! ¡Es hora de hacer que nuestras voces sean más fuertes que nunca!”. Luego remarcó: “Puede que no viva en Palestina, pero Palestina vive en mi corazón para siempre. Veo a los humanos. Oren por Palestina”.
Zwelivelile «Mandla» Mandela, nieto del ex presidente sudafricano Nelson Mandela, valoró el gesto, manifestando: “Deseamos que todas las concursantes tuvieran el coraje y la sabiduría que Miss Universo Grecia, Rafaela Plastira, tuvo para desvincularse de los males del Apartheid de Israel y ser una voz por la paz y la justicia para el pueblo palestino”. Y agregó: “Sin embargo, reiteramos nuestro llamado a todos los concursantes de todo el mundo para que sigan su ejemplo y se retiren independientemente de las razones. Repetimos que no hay nada hermoso en el apartheid. Debemos saber que lo vivimos. No debemos normalizar la opresión, la discriminación y el racismo contra el pueblo palestino organizando concursos de belleza como si las casas de las personas no fueran derribadas a diario, las tierras arrebatadas para la expansión de asentamientos ilegales en violación del derecho internacional y la violencia impuesta a jóvenes y ancianos por igual”.
“No hay nada hermoso en el apartheid en Israel y no hay nada hermoso en la ocupación de las tierras palestinas. El evento del concurso de Miss Universo es solo un pobre intento de concebir la ocupación, el genocidio y los crímenes contra la humanidad que se perpetran diariamente contra palestinos inocentes. Aquellos que persistan en participar en el concurso Apartheid Israel Miss Universo en diciembre de 2021 en Israel serán duramente juzgados por la historia, al igual que todos los que apoyaron al régimen del Apartheid en Sudáfrica hoy cuelgan la cabeza avergonzados e ignominios”, remarcó Mandela. Con distintas argumentaciones, en algunos casos planteando preocupaciones por el riesgo epidemiológico, también presentaron su renuncia a participar las misses de Indonesia, Malasia, Laos y Barbados. La concursante argentina sigue en carrera.
El boicot belga
Para terminar, queremos dar cuenta de la importante decisión del gobierno de Bélgica de boicotear los productos elaborados en asentamientos israelíes ilegales en territorio palestino, decisión que acompañó con un llamado a otros países a seguir el ejemplo. A partir de ahora, Bélgica etiquetará con claridad a los productos elaborados en los territorios ocupados, poniendo en efecto una decisión de 2015 de la Comisión Europea (CE), que planteaba que no podrían llevar la etiqueta de “hecho en Israel”, decisión fue ratificada en 2019 por un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La decisión belga fue repudiada por el ministro de Asuntos Exteriores israelí Iden Roll, quien denunció que es una medida que perjudica “tanto a israelíes como palestinos” y canceló las reuniones que tenía previstas con funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores belga y con el Parlamento. En contraste, el hecho fue saludado por el Primer ministro palestino Muhamad Shtaye, quien lo consideró como un movimiento “en la dirección correcta” y una muestra de la alineación belga “con los valores de verdad, justicia y libertad”. El funcionario también hizo un llamado a los países del mundo a “seguir los pasos de Bélgica y condenar la expansión de los asentamientos ilegales y presionar para detener los crecientes ataques de los colonos israelíes contra los palestinos”.
A mediados de este año la famosa compañía estadounidense de helados Ben & Jerry’s (división de la multinacional angloholandesa Unilever) decidió cancelar sus ventas a los aproximadamente 650.000 residentes israelíes que viven en los territorios ocupados por considerar que eso era “incompatible con sus valores”. El lema de la empresa es “paz, amor y helado” e históricamente ha apoyado iniciativas progresistas.
El primer ministro israelí Naftali Bennett declaró que la decisión empresaria constituye “una rendición al terrorismo y al antisemitismo”, una posición propia de su discurso ultraderechista. Confirmando que la crítica a la opresión sionista no es sinónimo de “antisemitismo”, la decisión fue saludada por la organización Americanos por la Paz, filial de la israelí Shalom Ajshav (Paz ahora), que condena los asentamientos ilegales.
La posición belga da cuenta del peor momento en las relaciones diplomáticas entre Europa e Israel, que comienza a sentir el impacto del boicot múltiple en las esferas económicas, culturales y académicas. Este día de solidaridad con el pueblo palestino es un buen momento para constatar el avance de las acciones internacionales de denuncia de los crímenes sionistas y multiplicar el compromiso activo por la libertad de Palestina.