La historia de «Deanna»: “No estoy aquí por tu amor o tu dinero, vine en busca de tu alma”

Por Marcelo Simonetti

No siempre es útil o necesario recurrir a las peripecias biográficas de un artista para disfrutar mejor de su obra, pero a veces el juego detectivesco que pone en relación el producto final con las circunstancias que rodearon su nacimiento puede enriquecer la lectura, abriendo el juego hacia lugares inesperados. Marcelo Simonetti hoy bucea en la historia de Nick Cave para contarnos de dónde sale «Deanna», canción de un disco caótico que se transformó en momento infaltable de los shows en vivo.

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Al comienzo de 20.000 Días en la Tierra Nick Cave reconoce que cada momento con su pareja, Susie, es canibalizado. Es masticado, deglutido y escupido en forma de canción. Por supuesto que no sólo el arte de Nick funciona de ese modo. No es secreto para nadie que la vida y la apropiación de las experiencias propias y ajenas son el motor del arte. Y también está claro que la obra tiene un valor que es independiente de su inspiración, pero también es verdad que cuando uno se va acercando al artista puede sentirse cada vez más atraído por la idea de conocer el universo que lo rodea, ese del que extrae el combustible para su obra.

Tender Prey (1988) es un disco que el propio Cave considera caótico. No hay cohesión, no hay una idea detrás del álbum. Sólo un grupo de canciones agrupadas para la ocasión en cuatro sesiones de grabación distintas. Dos en diferentes estudios de la Berlín que hospedaba a Nick en esa época y dos en distintos estudios londinenses. Esa dispersión se nota en el álbum.

Sin embargo, hay dos temas de esa entrega que actúan como la columna vertebral de sus shows. El primero es quizás el más versionado de toda su carrera, “The Mercy Seat”. El segundo es el tema que motivó éste texto. Se trata de “Deanna”, una especie de gospel tocado por epilépticos, que enmascara cierta melodía pop pero también muestra dejos del viejo garage de los 60. El Hammond es apaleado por Cave con violencia mientras desafina en los momentos justos como un yonqui resacoso que se está quedando dormido aunque no quiera. Por supuesto que el tema está grabado en vivo en un estudio en el que contó con el apoyo de dos guitarristas personalísimos como son Blixa Bargeld y Kid Congo Powers. Y esa frescura es la que le imprime al tema su tono urgente.

Hace unos pocos días supimos de la muerte de Anita Lane, pareja de Nick en su juventud, miembro de Birthday Party y de los primeros Bad Seeds, además de compositora de algunas de las canciones más emblemáticas de la primera época del australiano (como “Stranger Than Kindness”, del disco de 1986 Your Funeral My Trial).

Para 1990 Cave ya está casado y viviendo en San Pablo, Brasil, lo que le servirá de inspiración para elaborar kilométricos manifiestos en forma de canción llenos de putas, borrachos y delincuentes en sus siguientes dos álbumes. Pero en medio de estos mojones el australiano vivió literalmente en una caja de zapatos en Berlín, encerrado en una casa en la que se inyectaba heroína y escribía la monumental novela de gótico sureño Y el asno vio al ángel, cargada de violencia y de referencias al Viejo Testamento. Parte de los textos de Tender Prey están abonados por el mismo ambiente enfermo y por esa atmósfera opresiva y terminal de la novela.

Pero “Deanna”, ¿de dónde sale? En un comienzo, Cave declaró que la canción donde el tipo eyacula en el vestido de la protagonista para luego planear juntos el asesinato de una persona entre árboles de Navidad quemados se refiere a una amiga del colegio que se llamaba Deanna. La chica había asesinado a su padre y fue internada en un instituto. Esta versión la repitió en varias entrevistas escritas y filmadas.

Pero la realidad era otra. En 1988 Deanna Bond era una actriz australiana que recién acababa de protagonizar el film Dogs In Space junto a Michael Hutchence, cantante de INXS, y comenzaba una relación con Andrew Dominik, flamante egresado de la escuela de cine de Melbourne, con quien luego tendría un hijo, justo cuando Cave acababa de lanzar Deanna como single. Cuando lo escuchó en la radio, se lo llevó directamente a su nueva pareja para enterarse de que Nick había salido con ella y luego usado su nombre para contar esa historia corta y desaforada que sonaba en las radios del país de origen de todos ellos.

No parece que haya sido la mejor manera de entrar en el mundo del cantante, pero con los años el director de cine y el compositor se hicieron amigos. Tanto así que cuando en 2007 Dominik filmó El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Nick le compuso la banda de sonido. En 2015, luego de la muerte de su hijo Arthur Cave, Nick recibió a Andrew en su casa para una cena de fin de año. Antes de la comida, el cineasta ve una revista con el músico en la tapa donde prometía toda la verdad sobre la tragedia. Agarró la revista y el cantante le confesó que estaba en problemas. Había terminado la composición del disco posterior a la muerte del niño y no se sentía listo para tocar en vivo ni, mucho menos para enfrentar a los medios o cumplir con las entrevistas y conferencias de prensa de rigor. Entonces Andrew le ofreció la ayuda que podría brindarle: encender la cámara y escucharlo. Escuchar todo lo que tenía para decir, matizado con algunas interpretaciones de temas del disco. Eso funcionaría como un reemplazo a las obligaciones promocionales que se esperan de un cantante. Así surgió Once More With Feeling, para acompañar el álbum Skeleton Tree, de 2016.

Pero volvamos a Deanna. Nick Cave dice: “Cuando canto Deanna, que lo hago casi todas las noches, se presenta una especie de mentira romantizada, idealizada sobre una persona en particular, sobre la que encuentro realmente reconfortante y emocionante cantar. A veces, la canción no es lo suficientemente fuerte como para contener la ficción, porque los recuerdos son ficciones. Entonces esas canciones de alguna manera se rompen y no se pueden cantar, por lo que nunca se llegan a tocar en vivo. Porque no son lo suficientemente fuertes como para contener el recuerdo de esa persona”. En otra entrevista asegura que “no es la persona de la que hablo la que me interesa, sino el recuerdo”. “Un momento, el fragmento de un momento”, insiste.

Cuando Nick compuso la canción, conocía a Deanna hacía dos semanas. Después de estar preso en Londres por tenencia de heroína, volvió a Berlín y la citó en el estudio para cantársela en la grabación del disco. Entonces Deanna estaba en la cresta de la ola por la película que recién había protagonizado, mientras que Nick era aún un artista de culto tratando de llegar a las ligas mayores.

Con el correr de los años ella desapareció de la vida pública y él se convirtió en showman de grandes estadios, en compositor, cantante, novelista y guionista de la más alta estima crítica a nivel mundial. Pero de esta breve relación entre ambos queda un recuerdo mitologizado en el single que Nick canta cada noche de show, una canción que resalta singularmente en un catálogo de por sí memorable.