La desconocida que soy: literaturas de lo íntimo

Por Carla Santángelo

Carla Santángelo, editora de Índigo (editorial que se presenta como «un espacio para la voz de las mujeres»), nos habla de su primera publicación: La desconocida que soy, una recopilación de diarios íntimos de 32 autoras españolas y latinoamericanas que pretende indagar en las literaturas de la intimidad y los nuevos espacios subjetivos desde un punto de vista femenino. 

 

Cada vez que releo La desconocida que soy le descubro un sentido. Este libro revela una potencia que nace de lo íntimo y va hacia lo universal. Como editoras desarrollamos este trabajo de forma muy intuitiva. Al principio fue pensado como un espacio para cruzar las voces de algunas mujeres que escribíamos diarios y que durante años veníamos compartiendo nuestros textos en redes sociales y blogs. La intención primigenia -que todavía permanece- era descifrar por qué escribíamos diarios y qué parte de esas escrituras podía ser entendida como literatura.

De forma espontánea se convirtió en una antología de diarios íntimos escritos por mujeres que compilaba más de sesenta voces latinoamericanas y españolas. El primer volumen, que acoge 32 textos, fue publicado e impreso en España y Argentina simultáneamente.

Lo que fuimos descubriendo es que las distintas subjetividades presentes en el libro, dialogan y se retroalimentan. La experiencia vital se ensancha y lo cubre todo. En estas escrituras hay un ejercicio pulsivo de liberación pero también hay registro de una época, reconstrucción de la memoria, reflexión del sujeto poético en el mundo.

«Pensar que hace cincuenta años las personas de mi edad ya tenían hijos y eran independientes. Estoy comiendo demasiado. ¿Me estaré comiendo mis sentimientos? No tengo mucho más para decir.»
Oliva Arocena, Uruguay

 

Portada diseñada por Fernanda Cid

Esta gran conversación que es La desconocida que soy ocurre en una misma época (un mismo tiempo) pero en distintos espacios. Se descubre poco a poco, como quien tira de un manto, cómo las autoras habitan las ciudades pero también cómo viajan y cómo migran. Hacia dónde van o de qué huyen. Cómo se establece la relación con el hogar y con la intemperie.

«Duermo a ratos. O lo intento, porque La Habana es una ciudad desalmada cuando se trata de dejarte descansar los mediodías.»
Diana Ferreiro, Cuba

«He abierto todas las ventanas. He llegado, todavía no tengo claro muy bien a dónde, pero tengo la certeza de estar aquí.»
Cristina López, España

 

El libro propone también un recorrido por las distintas instancias del ser. Por ejemplo, en su relación con la naturaleza o la enfermedad. El cuerpo habita y es habitado. El cuerpo habla y alguien lo traduce.

«Así que si me preguntan: “¿Quién eres?”, diré que soy agua.»
Oriana Velázquez, Venezuela

«Mi dolor no es de nadie, es mío y solo mío. (…) Me escribo entera y el cuerpo responde rehaciéndose.»
Keiko McCartney, España

 

Una de las cosas que nos resultó más interesante cuando editamos este libro fue que quien lee, ingresa en cosmovisiones muy distantes entre ellas y que al mismo tiempo, podrían coexistir y de hecho, lo hacen. Ocurren testimonios que circundan la espiritualidad y otros que la atraviesan. Hay quien rechaza la tradición católica y hay quien cita a Santa Teresa. Dios está y deja de estar, vive y muere. Se ausenta. No existe.

«Pero Dios no quiere que abandones tus dones. Al contrario. Lo único que te pide es que los pongas a su servicio, y entonces le da valor real, entonces florecen, entonces inseminan el mundo.»
Marta Herrera, España

«Recuerdo a mi madre decirme: “Del agua mansa líbrame Dios”, pero yo soy atea.»
Nathaly Ponce, Venezuela

 

Pero aunque se dan estas “distancias”, también se vislumbran los hilos invisibles que van uniendo los textos unos con otros, como un tejido heterogéneo y al mismo tiempo lleno de obsesiones comunes. Además, intentamos sustraer si existen “temas” que se correspondan con la realidad de las mujeres que escriben. En este sentido, no creemos en nada parecido a una “escritura de mujeres”, pero sí nos importa señalar que lo que nos ha sido asignado socialmente está muy presente en los diarios íntimos de estas autoras; no siempre de forma explícita pero sí como una sustancia que brota, que se impregna. Por ejemplo: hay culpa. Simone de Beauvoir aparece reiteradamente con aquello de que no se nace mujer, se llega a serlo. El feminismo abriga muchas de las reflexiones y abre una suerte de paraguas en el que descansan muchos de los testimonios.

Laura Freixas, prologuista de La desconocida que soy y experta en diarios íntimos, apunta que “hay una subjetividad masculina (por razones sociales e históricas, claro, no biológicas ni metafísicas), que es la que la sociedad pone en un pedestal: la omnipotencia…” y hay una subjetividad femenina (la que nos atribuyen), “de calor humano y placer sexual pero también de carencia, debilidad…de incompletud”. En este sentido, lo que está muy presente es la rebeldía por deconstruir lo que nos ha sido impuesto y reconstruirnos desde la autodeterminación. Las ansias de libertad e independencia.

Es importante reconocer que en este libro hay un profundo intercambio de ideas. En los diarios se imprimen los rastros de las emociones pero también los ecos de los pensamientos. Vamos al encuentro con la psicología o la filosofía y también hacia reflexiones sobre la propia escritura y el proceso creativo. Gracias a las autoras, La desconocida que soy es una fuente de honestidad. De honestidad como núcleo y trasfondo. Como canto. Como forma de hermandad.

«Hacen falta diarios escritos con pasión. Menos mecánicos. Sin embargo, tengo veinticinco años y esta es mi apreciación. Puede que esto cambie con el tiempo.»
Oriette D´Angelo