La poesía de Tomás Litta: bienvenidxs al deseo
La felicidad habita del otro lado del salto, más allá de lo que reprime. Ligera de cargas, la poesía de Tomás Litta narra intensamente esa certeza; su mirada toca los cuerpos y se expande. Primero es el encantamiento de poder decirse ante el mundo, el placer de acomodar el cuerpo al deseo, y viceversa; luego, las risas, la contemplación, el sosiego.
Porque no sólo hay un estar-en-sí que se procura gozoso, también hay una conciencia lúcida del mundo allá afuera y de cómo bailarle a las circunstancias. Leer a Tomás es saber, nosotres, seres que venimos de un pasado tan próximo como remoto, que estamos en un acá diverso, terreno cierto donde la felicidad de los cuerpos se hace posible en toda su forma. Porque hoy, en estos días voraces que decidimos atravesar como una pangea humana frente al gélido océano de la realidad, va a ser el entorno quien se adapte a quien decimos ser, el que se sacuda con el vértigo de un viento ante la presencia segura de nuestros cuerpos, el que aprenderá a hacerse blando y abrazar las formas que nuestra felicidad reclame. Porque acá afuera lxs pibxs dicen que son el fuego, la llama absoluta de un deseo inconsumible.
Y aunque tanta intensidad nos atraviese para evadirse, queda en nosotres la huella de ese fuego, de ese viento y de ese amor hamacándonos la tarde. Bienvenidxs al deseo.
Curaduría y notas: Lali Destéfanis
EL PIBE QUE ERA EL FUEGO
El otro día viajé.
En el viaje zarpaba
a un campito donde había
tres pibitos pateando.
Me acercaba y uno de ellos
me miraba la mano donde tenía un porro
me miraba y me decía:
“yo soy el fuego”.
Entonces le daba una seca
y él era el fuego.
Con la pelota bajo el brazo aspiraba
mientras los otros dos
miraban de lejos
como esperando el regreso.
Después el pibe que era el fuego
le daba otra seca y juntos
-como si estuviéramos juntos de toda la vida-
nos mirábamos y fumábamos
él parado, como si estuviera de paso.
Después sin soltar el porro
tiraba la pelota al suelo
y se la pateaba a sus amigos
para que no esperasen más
y con sus ojos verdes me decía
“me quedaría fumando con vos pero tengo que volver a patear con los guachos”.
Después me ofrecía ir a jugar y yo
tímido me reía y contestaba
“ja no, no juego fútbol”.
Entonces el pibe que era fuego
me miraba y decía
“bueno cuando pases x acá y yo esté pateando y vos fumando,
acordate de que yo soy el fuego”.
Después me daba un beso corto corto
casi sin lengua
y se iba agarrando el short con tierra.
Después yo seguía con mi viaje por el campito
mirando cada tanto para atrás
para ver al pibe que era el fuego
haciendo jueguito con la pelota
o quedando suspendido en el aire
agarrado del arco y dejando ver
su piel tostada y su ombligo.
Él ya no miraba para mi lado.
Él era el fuego.
COMO UN ACTO DE AMOR
voy en el auto tomando
la coca cola de litro fría
que compramos con los pibes
antes de salir de rosario.
mientras ellos duermen
se nos llenan los pelos de viento
y mientras el aire entra
por las cuatro ventanillas,
nos despeinamos cada vez más.
en el asiento de atrás
voy mirando y pensando
que los campos a la tarde
están más vacíos.
como un acto de amor
dejo entrar el viento
que me hace cerrar los ojos,
me hace volar todo,
me hace sentir que
me conecto conmigo y que acá
todo está mejor de lo que parece.
BENITO
de repente
la belleza es
tu pelvis pegada a la mía
tu labio inferior
que se desarma
en mi boca
mientras transamos
con las kumbia queers
y nos volvemos
papelitos de colores.
HOLA SEBAS
hoy en casa cambiaron
el techo de tejas rojas
donde subíamos a fumar
y a sentirnos
inmortales y a resguardo
del dolor del mundo
cada vez me quedan
menos cosas
de las que construimos.
TRES COSAS SOBRE EL AMOR
tres cosas sobre el amor:
el amor nos confunde y nos erra
el amor mutuo es un privilegio
lo mutuo es una utopía.
Tomás Litta nació en Buenos Aires en 1997. Publicó “Al otro lado del río” en la antología de cuentos Otra vuelta de letras (Eudeba, 2014) y “El pibe que era el fuego” en plaqueta del C.C. Recoleta (Todxs lxs chicxs, 2017). Produce, organiza y participa en diversos ciclos de poesía: los últimos fueron Santa Poesía (C.C. Matienzo, junio 2018) y El Cuerpo Expresivo (Casa Brandon, junio y agosto 2018), un ciclo de poesía erótica del que participaron también lxs poetas Malena Saito, Walter Lezcano, Juliana de Glée, Gustavo Yuste, Martina Cruz, Gael Policano Rossi, Lucas Fauno Gutiérrez, So Sonia, Francisca Franic. Publica sus textos en www.tomaslitta.tumblr.com