Mujeres que matan

Por Dolores Reyes

Un recorrido por la literatura, trabajando tanto sobre arquetipos de mujeres asesinas que vienen de la antigüedad clásica, como sobre las formas que pueden adoptar estas mujeres en la modernidad. De Medea a Nahir Galarza, siempre hubo mujeres que mataron.

“No hay más remedio;que mueran, y ya que es preciso, / yo que les dí la vida, yo se la quitaré. / «Ya comprendo / ya conozco yo en todas  sus consecuencias / la horrible maldad que voy acometer; pero mi ira es mayor…” – Eurípides,Medea

Una calavera enorme, de huesos pelados que contrastan con las ropas coloridas. Tres viejitas de manos huesudas que charlan mientras tejen, y cortan con indiferencia, el hilo de una vida. Otra calavera, ahora, encapuchada con una túnica negra, lleva en las manos una guadaña. Unas perras furiosas, vengadoras de los delitos desangre. Se la llame calaca, parka, furias o erinias, la muerte siempre como representación femenina. 

Incluso en nuestras tierras, ahora, el santo macho protector de los fuera de la ley es San La Muerte, así, con el artículo femenino, en tiempos en los que los artículos y las derivaciones por género son también un territorio de combate.

La mujer se coloca de entrada en un lugar de doble poder: lo femenino tiene la enorme potencia de dar la vida, pero también de quitarla. Medusa mataba con sólo mirarla a los ojos. Circe por diversión. Las sirenas, por medio de sus cantos, hechizaban a los navegantes y los llevaban a una muerte segura.

Se puede entender que las sociedades modernas tengan como principio de disciplina y orden priorizar el arquetipo materno de la mujer. Negarse a ese mandato perpetuador de vida incomoda, cuestiona, es peligroso.

Pero la mujer que mata penetra el tiempo y la carne, porque para ejercer la muerte siempre hay mil motivos. Un tópico central es el de la vengadora. Abarca a Medea furiosa, desbordada de ubris, conocedora de las consecuencias que sus terribles actos tendrán también sobre ella misma en tiempos de su vejez, al convertirse en la matadora de sus hijxs. O Clitemnestra agazapada, esperando el regreso de Agamenón de Troya. Las naves han salido porque el Átrida ha aplacado el enojo de los dioses quemando a su propia hija Ifigenia. Ifigenia niña, como tantas otras mujeres, ha sido muerta por fuego. Agamenón, cegado por su soberbia, pisa la alfombra en donde las manos y los manejos de su mujer van a terminar con su vida. Venganza siempre, desde la literatura clásica hasta el género negro, en dónde la mujer se convierte en vengadora una y mil veces y, para eso, mata.

Las sociedades alimentan y favorecen el arquetipo materno, la mujer que nutre y cuida, al mismo tiempo que rechazan y castigan a los otros, la mujer que no quiere postergarse, que no materna, que no da vida, que aborta y que mata, aún cuando mate para preservarse. El problema es que la separación que muestran como natural, está fechada y tiene un nombre: cristianismo.

En este recorrido en el que se mixtura realidad, leyenda, ficcionalización y épica vamos a leer dónde, cómo y cuándo las mujeres cuelgan las sartenes y las agujas de tejer para salir a matar.

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Eurípides: Medea

Sabemos, gracias a las Argonáuticas de Apolonio de Rodas, que Medea es una extranjera. Ayudando a Jasón a conseguir el Vellocino de oro, ha abandonado a su familia y junto a todos los tripulantes del Argos deja su tierra natal. En su huida, para desbaratar la persecución de quienes la siguen, ha asesinado a su hermano menor y lo ha arrojado en pedazos al mar. Jasón, sin embargo, en vez  de corresponder a los sacrificios que había hecho Medea en su obsequio, vacediendo al amor que le inspirara la hija de Creonte, rey de Corinto. Se pacta una nueva unión pero Creonte, conociendo el carácter vindicativo de Medea, decreta su destierro y el de sus hijxs.

Antes de obrar Medea cita a Jasón y resulta victoria del combate por medio de las palabras. Luego pasa de las palabras a la acción, atraviesa el centro del dolor para asesinar a sus dos pequeños hijos y así destruir al esposo que ha pactado una unión a sus espaldas. Medea asesina también a la hija de Creonte y huye en un carro solar, porque además de mujer hechicera es, por linaje paterno, descendiente de Helios (el sol).

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Esquilo: Orestíada

Agamenón es la primera obra de la Orestíada, la única trilogía de Esquilo que se conserva en su totalidad -las otras se han perdido-, que se completa con Las coéforas y Las euménides.

Agamenón es considerado un héroe tras su regreso victorioso de la guerra de Troya, pero también es un hombre adúltero, que trae consigo a Casandra en contra de su voluntad, y un ser capaz de ofrecer en sacrificio a su hija Ifigenia, quemarla en una pira sacrificial como forma de aplacar a los dioses y a sus vientos adversos para obtener la gloria militar y material. Clitemnestra, su esposa, nunca ha perdonado la quema de su hija y planea vengar ese acto impío de derramar la sangre y terminar con la vida de su marido.

Casandra, a su vez, ha sido raptada de su sacerdocio por Áyax, guerrero que es castigado por este acto con la locura. Áyax es el héroe que acabará sus días luchando contra ovejas como si fuesen guerreros. Casandra tiene el don de la videncia, pero sus premoniciones certeras nunca son escuchadas. Tampoco ahora Agamenón escucha sus advertencias y la mantiene como concubina.

Clitemnestra planea asesinar a su marido, ayudada por su amante Egisto y apelando a la vanidad de Agamenón. Para eso le extiende una alfombra roja que será leída por el Átrida como señal de honores debido sus proezas guerreras. Pero el rojo del recibimiento significará sangre, muerte y destrucción para Agamenón, Casandra -quien ha visto y advertido el desenlace- y toda la comitiva real que regresa de Troya. El asesinato de Agamenón abre un período de juicio por delito desangre que será desarrollado en las dos tragedias posteriores.

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Catalina de Erauso: Historia de la monja Alferéz

Nacida Catalina de Erauso cerca del 1590 en España y conocida como la Monja Alférez, fue militar, monja y escritora. Personaje legendario y controvertido del Siglo de Oro español, la leyenda de sus proezas se mantiene viva gracias a biografías, novelas, películas, comics y relatos basados en estudios históricos. En la actualidad, Gabriela Cabezón Cámara escribe una novela recuperando la vida de estx aventurerx que nació mujer, mató y murió siendo no binarie.

 Según su autobiografía fue, como era habitual, internada en un convento cuando tenía cuatro años, para que “aprendiera las labores de su sexo” Pero luego de traslados y celdas de castigo, se fugó a los 15 años cortándose el pelo y vistiendo ropas de hombre por primera vez.

Deambuló por España sirviendo como paje hasta que, en una ocasión, quisieron asaltarlx. Erauso se defendió hiriendo a su agresor, lo que le valió un mes de prisión. Liberadx y con el nombre de Francisco de Oyola, tras secar sus pechos con un ungüento para consolidar su identidad no femenina, embarcó hacia América como grumete.

En América lx esperaría una vida de aventuras tanto cuando fue civil como cuando se convirtió en militar. Cada tanto se batía a duelo y en uno de esos enfrentamientos, asesinó, como Medea, a su propio hermano,
Don Miguel de Erauso, quien no lx reconoció. Es nuevamente encarceladx durante ocho meses. Además del asesinato de su hermano, protagonizó numerosas matanzas contra los indígenas y escribió su propia autobiografía relatando sus aventuras.

En 1623 fue detenidx en Perú debido a una disputa. Para evitar su ajusticiamiento pidió clemencia a las autoridades eclesiásticas alegando que era mujer y religiosa. Fue revisada por mujeres locales que certificaron que tenía vagina y era virgen, por lo cual, el obispo la protegió y envió a España. Allí la recibe Felipe IV nombrándola monja alférez, permitiéndole usar nombre masculino y otorgándole una pensión por sus servicios a la corona. Finalmente vuelve a América y se instala con un negocio de arriería. Muere en estas tierras.

“Heme aquí, prisionero en esta nave y presade estos hábitos de monja, cautiva yo, el alférez más osado de los ejércitosdel magno rey de España en la América del oro y las batallas, yo que he amado atanta dama en tierras nuevas, yo que he muerto a unos mil indios y caciques ytambién a diez caballeros españoles y he vertido la sangre de mi hermano, laúnica que mancha aún hoy mis manos y carga de pesares mi conciencia.”

Gabriela Cabezón Cámara (Adelanto en Suplemento Soy)

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Jorge Luis Borges: Emma Zunz

“Ante Aarón Loewenthal, más que la urgencia de vengar a su padre, Emma sintió la de castigar el ultraje padecido por ella.”                                                   

Publicado por primera vez en 1948 en la revista Sur, el cuento integró un año después El Aleph.

La mujer como vengadora de la muerte del padre: El de Emma Zunz es un cuento que también problematiza la representación y la interpretación y en consecuencia, la manera de intervenir sobre la realidad, pero también es un juego de lecturas y dobles.

En la actualidad, Emma es obrera de una fábrica de tejidos, esta situación de ser poseedora únicamente de su trabajo se debe, en la interpretación de Emma, a que su padre ha sido acusado. Emanuel Zunz tiene su doble identidad, ya que es también Manuel Maier,  un hombre honrado que aparece como ladrón, un inocente que aparece como culpable, una carga que lo lleva a la deshonra y la muerte. Emma, como resultado de la pérdida del bienestar material de su familia, está en una situación de debilidad. Sin embargo es fuerte y puede llevar a cabo la venganza, es una virgen que se enmascara como prostituta y puede matar.

El cuerpo del odio está encarnado en Aarón Loewenthal. El hombre que dice amar a su esposa y sólo ama el lucro, el ladrón que se posiciona como un hombre honrado y entrampa al padre de Emma acusándolo, en la lectura de Emma, de un desfalco que no cometió.

Aparece también un desdoblamiento en el accionar de Emma: se mueve por amor a su padre pero también por el odio a Loewentahl; mata por la vida que se perdió y se cierra a la vida futura, encarnada en el cuerpo de las mujeres con el ideal de mujer-madre, algo que Emma sabe que nunca será, ya que el sexo le representa un horror y un rechazo absoluto:

“Los ladridos tirantes le recordaron que no podía, aún, descansar. Desordenó el diván, desabrochó el saco del cadáver, le quitó los quevedos salpicados y los dejó sobre el fichero. Luego tomó el teléfono y repitió lo que tantas veces repetiría con esas y otras palabras: Ha ocurrido una cosa que es increíble… El señor Loewenthal me hizo venir con el pretexto de la huelga (…) abusó de mí, lo maté”

La mujer que odia a los hombres y mata: Más allá del argumento de la venganza, Emma parece estar construida al modo de la Antígona de de Sófocles, es la mujer que se cierra al sexo masculino (Emma también puede ser una abreviatura de Emmanuel) y a la procreación:

“…se habló de novios y nadie esperó que Emma hablara. En abril cumpliría diecinueve años,pero los hombres le inspiraban, aún, un temor casi patológico. (…) ¿Pensó Emma Zunz una sola vez en el muerto que motivaba el sacrificio? Yo tengo para mí que pensó una vez y que en ese momento peligró su desesperado propósito. Pensó (no pudo no pensar) que su padre le había hecho a su madre la cosa horrible que a ella ahora le hacían”

Todo el universo  masculino que excede al padre le provoca rechazo, es algo horrible, motiva también la necesidad de matar como forma de castigar un ultraje que es ahora el del propio cuerpo. Mata en un hombre, a todos.

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Manuel Puig: Boquitas Pintadas

Fue publicada por primera vez por Seix Barral en 1969 y su título proviene del foxtrot de Alfredo Le Pera y Carlos Gardel Rubias de New York: “Deliciosas criaturas perfumadas, /quiero el beso de sus boquitas pintadas” La novela relata, con modos narrativos que Puig tomó del cine, la vida amorosa de Nené y Juan Carlos. Nené, ya casada y con dos hijos, reconstruye, varias décadas después, la relación que tuvieron y escribe nuevas cartas a la madre de Juan Carlos porque sabe que este acaba de fallecer. Los dispositivos narrativos de las cartas y las comunicaciones interceptadas, parciales y fallidas, recuperan la intimidad y el entorno de los seres rencorosos que han permanecido en el pueblo.

En el medio de estas intrigas amorosas se desarrolla el drama de la Raba. Ella ha sido seducida, embarazada y abandonada por Pancho, que a lo largo de la novelase convierte en el policía del pueblo, despreciando tanto a la mujer como al hijo de ambos. En una noche en la que el policía sale de la casa de Celina, la Raba lo espera en la oscuridad y lo apuñala. Celina es amiga de Nené y ha sido amante de Juan Carlos para la misma época que ella. Ahora, convertida también en patrona de la Raba, resignifica el asesinato que su muchacha llevó a cabo por medio de un nuevo relato: Pancho ha querido abusar de ella y la Raba lo ha matado para salvarla.

Si las mujeres de clase social baja no pueden decidir libremente absolutamente nada, ¿Por qué tendrían la potestad de elegir matar? El crimen es justificado por la historia de Celina, volviéndolo tolerable para esa pequeña sociedad que es el pueblo trazado por Puig para el asesinato en mano femenina. Pero los motivos que llevan a la Raba a levantar su puñal y convertirse en una mujer que mata le pertenecen a ella.

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Julio Cortazar: “Circe” en Bestiario

Publicado en 1951 en el libro Bestiario, editado por Sudamericana, «Circe» cuenta la historia de Delia, una mujer de 22 años que ha perdido a sus novios en una serie de muertes que al barrio en el que vive, Almagro, le resultan dudosas, y de Mario, que ha estado prendado de ella desde siempre.

Con el título del cuento como referencia a la antigua Circe, mujer que envenaba a los viajantes que se embelesaban con ella y por medio de pociones los convertía en cerdos, Delia se dedica esmeradamente a elaborar bombones y licores. No trabaja y nada parece motivarla como esta práctica. 

El arquetipo de la mujer que mata por medio de sus pociones o de algo que introduce en los alimentos y bebidas que ofrece a los hombre -los licores y bombones elaborados por Delia- merodea durante todo el relato y vuelve a colocar a la mujer que mata en el tradicional lugar reservado para las mujeres: adentro de su casa y en el ámbito de las labores domésticas: la cocina.

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Libertad Demitrópulos: Río de las congojas

Una vuelta completa es la que da María Muratore en esta novela de una belleza y un trabajo sobre el lenguaje descomunal: pasa de ser casi la víctima de un femicidio, circunstancia en la que ver morir a su madre, asesinada en manos de los vecinos españoles blancos y respetables de la colonia, a convertirse ella misma en mujer matadora. Vivir es peligrar, dirá María antes de cambiar sus ropas de mujer a las de un hombre, ocultando sus cabellos y su cuerpo de mujer como condición de posibilidad para poder matar.

El nuevo universo femenino que plantea Demitrópulos en Río de las congojas trasciende la muerte para abrirse a la aventura. Para la mujer cualquier afuera es peligroso (“Cuerpo de mujer, peligro de muerte”). La simulación del cuerpo de un hombre es condición necesaria para la supervivencia libre, pero antes, Muratore se ha rebelado contra el poder de la colonia, un poder blanco, machista y patriarcal:“Bestias, qué cosa creen que es una mujer, una bolsa de mandioca?”

Matando con arcabuz a aquellos que pretenden secuestrarla para saciar los deseos de Juan de Garay, Muratore invierte los roles asignados a la mujer desde la colonia hasta la fecha. De ahí sólo queda la salida a un afuera mucho mayor que el del plano doméstico, es el afuera del destierro en el que vive en aventura permanente, Muratore viaja todo el tiempo, en un viaje que es metáfora de su vida y también, el afuera épico en el que quedará por siempre, fantasmagórica y mítica, en las hazañas orales tejidas y reformuladas una y otra vez, por las laboriosas artes de otra mujer: Inés.

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Andrew Vachss: Flood/Bajos fondos

Publicada originalmente en 1985 la novela transcurre en los bajos fondos neoyorquinos,ambiente en el que se oculta un pedófilo sádico que ha violado y estrangulado a una niña. Burke es el el elegido para rastrearlo, Burke es un marginal que puede hacer cualquier cosa por dinero, pero su predilección especial es el rastreo y la caza de abusadores y asesinos de niños. Pero quien será la elegida para matarlo es Flood, una mujer tan poderosa como sensual, encargada de hacer justicia contra el estuprador. Ella sueña con matar al asesino de niños con su propio cuerpo. La astucia, el cinismo, la violencia, el sexo y ferocidad propios de la novela negra se reparten entre el investigador privado y la mujer que busca vengar los abusos infantiles y el asesinato de una menor con la única justicia que puede encontrarse en estos bajos fondos, la muerte.

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Martin Murano: Mi madre, Yiya Murano

Editada por Planeta como libro de la colección «Memorias del crimen», en Mi madre, Yiya Murano, Martín Murano revela el costado oculto de su madre María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano, más conocida como Yiya Murano, la envenenadora de Monserrat. La famosa asesina que en 1979 envenenó con té y masitas a sus tres amigas prestamistas e hizo desaparecer los pagarés que les había firmado. En el marco del gobierno militar con el que todas simpatizaban -Yiya era de familia militar- la envenenadora hizo funcionar una mesa de dinero en la misma mesa en la que recibía a sus amigas con tecitos, masas y juegos de cartas. Sus amigas llegaron a entregarle cerca de 400.000 dólares y a medida que reclamaban su devolución una a una iban muriendo.

A través de los noticieros, las revistas, un musical, un capítulo de la serie Mujeres asesinas, este libro y una infinidad de entrevistas, Yiya se convirtió casi en una leyenda. 

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Andrés Rivera: Esto por ahora y Cría de asesinos

La articulación planteada entre su nouvelle Esto por ahora (2005) y “Cría de asesinos” (2004), relato perteneciente al volumen del mismo nombre se da en la unidad temática y en el mismo trabajo de focalización narrativa. La nouvelle se desliza hacia la voz de la protagonista femenina de “Cría de asesinos”, Daiana, joven violenta, dominante, dueña de una sexualidad transgresora y de una voz demando: “Matálo –susurró Daiana–. Es viejo. Y es zurdo”

El Lucas y la Daiana hablan cuando pueden, pero la voz de la adolescente se erige como una variante móvil entre el erotismo, la marginalidad y el poder, aunque sea este último, poder de muerte. La voz de la Daiana es signo político desde el cual se configura el espectro político de una diferencia genérica y social. Es justamente el deseo incesante de hablar del mundo de los adolescentes contrapuesto al de la carencia al que son sometidos y el modo en que la violencia y el abuso de poder se hacen carne en  la lengua. El lenguaje es contienda a través del juego de preguntar y responder, capturando el tiempo, el habla y finalmente el cuerpo del otro, su materialidad absoluta. En ese cruce tan propio de Rivera entre lo social y lo individual, lo histórico lo biográfico y lo ficcional, junto a la presencia cada vez más dominante de la adolescente, revelará la voluntad de matar de la Daiana, que será orden que pasa de la voz al acto.

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Como cierre momentáneo de este recorrido, propongo darse una vuelta por el abundante material escrito -revistas, diarios, reproducciones de cartas y material de redes sociales- y audivisual -noticieros, programas de tv, videos que circulan en redes- en torno al asesinato que se viralizó como “el caso Nahir Galaza”.

En medio de un país asediado por femicidios, violaciones y una epidemia de violencia de género en la que cada día asesinan a una mujer de las formas más tortuosas y en muchos casos haciendo extensivo el asesinato o el daño psicológico a sus hijos, todas las miradas acusatorias y morbosas se focalizaron en la mujer joven acusada de asesinar a su novio. Nahir Galarza fue juzgada y obtuvo una sentencia en tiempo record asombrosamente punitiva en relación a la impunidad generalizada que ronda femicidios, violaciones y abusos. Pero más allá de esto, propongo este corpus de materiales que documentan el enorme aparato disciplinador de las conductas femeninas intentando significar que «las mujeres no matan». Algo que, luego de este recorrido literario y simbólico, se cae a pedazos.