Néstor Frenkel: «Federico Manuel Peralta Ramos atravesó las vidas de la gente de una forma única y profunda”
Por Jorge Hardmeier
Jorge Hardmeier entrevistó para Sonámbula a Néstor Frenkel para hablar de su documental El coso, sobre el genial artista plástico, músico, performer y personaje de Buenos Aires Federico Manuel Peralta Ramos, además de algunos de sus nuevos proyectos en curso, que incluyen un trabajo sobre la bizarra película argentina Un buen día, que con el correr de los años se transformó en objeto de culto.
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Federico Manuel Peralta Ramos nació en 1939 en la ciudad de Mar del Plata, fundada por su tatarabuelo. Comenzó, de tal modo, su existencia gánica, es decir ordenada por el la filosofía de «hacer siempre lo que uno tiene ganas». Esta suerte de religión personal lo llevó, en su juventud, a abandonar sus estudios de arquitectura para convertirse en artista. Su obra y su vida se fusionan en un continuum infinito, en el que resulta imposible determinar dónde termina una y comienza la otra. Así ganó el Premio Nacional del Instituto Di Tella de 1965 con la obra Nosotros afuera (que no era otra cosa que la escultura de un huevo gigante), serruchó y cortó por la mitad sus cuadros cuando no entraban por la puerta de una galería donde debía exhibirlos, ganó la Beca Guggenheim cuyo dinero utilizó para organizar un banquete en el Hotel Alvear para amigos, transeúntes y linyeras. Cada tanto aparecía en el programa de Tato Bores con su frase: “Tato, le voy a recitar mi último rock”. Las anécdotas y experiencias en torno a su figura se multiplican sin pausa y el problema es decidir hasta donde seguirlas. Este desafío asumió Néstor Frenkel -director, guionista y productor cinematográfico- que en 2022 estrenó el documental El Coso, una búsqueda fílmica para desentrañar el mito de El Gordo Peralta Ramos.
Serás lo que te tocó ser y déjate de joder
«¿Por qué Federico Manuel Peralta Ramos?», le pregunto a Frenkel en un barcito vecino a la estación Belgrano R del Tren Mitre: “Por todo lo que está en la película. Y para mí era la infancia: Tato Bores. Yo era niño y me descolocaba, no terminaba de entender. Entendía que venía de otro lado e iba para otro lado. Uno no podía encontrar mucho más en la televisión, menos en aquella época. Quedó como una semilla. Pensaba que era un tema interesante pero nunca me decidía a hacerlo. El señor estaba muerto y, más allá de que es una práctica habitual en los documentales, no lo era para mí. Nunca hice una película o documental donde el protagonista estuviera muerto. Pero un día me decidí a romper con eso y hacer otra cosa, encarar eso que también me atrae por los motivos por los que hoy lo desecho. Voy a tomar ese riesgo: hacer una película sobre un ausente”.
Tras esa decisión, Néstor estuvo filmando dos años El Coso. Nos cuenta: “No tardo mucho más que eso. Porque también uno puede pasar la vida haciendo una película o un libro. Uno trata de acotar y se dice: durante unos años voy con esto y lo que sea, será. Podría haber dicho: y si consigo este testimonio, y si consigo tal personaje, si consigo tal material, y si cuelgan este cuadro acá… Pero eso te puede llevar la vida entera. También me gusta acotar. Hacer, pensar, investigar, producir y concluir. Hay que abandonar. No se terminan las obras, sino que se abandonan». Y agrega: «La próxima va a estar mejor, la que no hice en esta la haré en la próxima. Yo funciono así y me funciona bien, digamos”.
En las documentales de Frenkel se manifiesta esa búsqueda del objeto de estudio en cuestión, en este caso Federico, el Patito Feo de la familia Peralta Ramos: “Creo que de los trabajos que hice fue el que más cambió. Esta arrancó en pandemia y entonces el proceso fue un poco más largo. Cambió, la película fue pensada como ir por la búsqueda del espíritu, una película que se fuera por las ramas, como el final, donde el archivo empieza a ser cualquier cosa y termina en una escena que no tiene nada que ver. La idea era que toda la película fuera toda así, como que atraviese los temas de Peralta Ramos pero que se vaya por las ramas y que tenga mucho más peso Damián Dreizik, el actor y los preparativos y los ensayos de él representando el personaje. Empecé con eso. Tenía muy poco del Peralta Ramos real y en el proceso de laburo empecé a conseguir más fotos, más filmaciones, más audios. Empecé a darme cuenta que estaba bueno rescatar al personaje. No hacer una película tan mía. Incluso era más pretensiosa, medio como hacerme el Peralta Ramos. Siempre en un documental hay algo de tomar el espíritu del otro y encarnarlo de alguna manera. Le encontré su lugar a esa idea que fue el final. Y se convirtió en algo bastante clásico: entrevistas, archivos, gente que lo conoció. Quizás lo no tan clásico es gente que de alguna manera replica o colecciona, restauradores, pegar carteles, gente que de alguna manera está influenciada o referenciada que no lo conocieron”.
A mí me gusta acá
En tanto peleamos contra los mosquitos, Néstor se refiere a cierto legado de El Gordo: “Me quedó muy claro que marcó mucho a la gente que frecuentó. Más allá del recuerdo, el orgullo y la simpatía todos quedaron muy marcados por él. Atravesó las vidas de la gente de una forma única y profunda. Dejó huellas. A veces la gente por homenajear habla y adjetiva y hace ciertas cosas, pero no, lo veía en los rostros y en los testimonios que había una verdad ahí. El tipo donde estuvo, estuvo de verdad y habitó las relaciones y los lugares de una manera única”.
En uno de esos papeles que garabateaba en las servilletas de los bares Federico escribió: “Del sistema solar elegí la Tierra y de la Tierra la Argentina”. Una argentinidad muy marcada, reconoce Frenkel: “Tremendo. Y a la vez hay una mezcla porque a la vez era un tipo cosmopolita, que estaba vinculado con las vanguardias de las grandes urbes pero tenía algo muy argentino y conectado con el Cosmos, también. Una argentinidad profunda con un doble juego porque por un lado tenía la alcurnia y toda la sangre de prócer, la sangre de dueños del país y por otro lado mucho barrio, mucha calle. Me parece que ese es un rasgo fuerte en él. Que habla también de la amplitud del personaje. Y también toda esa cosa de aniñado y entonces era acá: su casa, su barrio, sus amigos. Esa era su Argentina“.
Todos los cosos, El Coso
Hay varios mitos Federico Manuel Peralta Ramos. El tema que cierra el disco Filosofía barata y zapatos de goma de Charly García es el Himno Nacional Argentino. Se dice que Federico fue quien instó a García a grabarlo. “Hay mil mitos de Peralta Ramos pero ese está bastante documentado. De hecho creo que Fernando Samalea lo narra en uno de sus libros. Fue un 9 de julio o el 8 de julio a la noche. Open Plaza o algo así, after hours, y le insiste con que toque el Himno ahí. Charly lo toca y al estudio y lo grabaron esa misma noche. Lo impulsó, digamos, a grabar el Himno”, cuenta Frenkel.
El Gordo ganó la Beca Guggenheim en 1968 y organizó un banquete en el Hotel Alvear para amigos, transeúntes y linyeras. Cuando la institución se enteró y le exigió la devolución del dinero, él respondió con una carta que todavía se exhibe en la sede de la fundación en Nueva York: «Ustedes me dieron la plata para que yo hiciera una obra de arte y mi obra fue esa. Leonardo pintó la Ultima Cena, yo la organicé”. Al respecto el director del documental reflexiona: “Sí, las grandes historias las traté de plasmar en la película. Porque hacen al ABC del personaje… Ciertas versiones indican que a partir de ese hecho cambian las reglas del Guggenheim. Pero eso creo es más un mito. Yo no tengo la rigurosidad del periodista o del historiador de querer comprobar qué es mito y qué no. El hecho de que exista como mito ya es algo. Y a mí me suma y lo incluyo como mito. Nunca voy hacia la verdad histórica sino hacia la verdad del que cuenta sobre algo. Me tomo esas libertades». «En la película pongo a Federico mismo, en la voz de Damián Dreizik, diciendo no sé si eso es verdad. Construí un Federico que tampoco da cuenta del mito del todo, de cuánto hay de cierto en eso. El Federico del documental es el Federico que no sabe qué es verdad y qué no”, agrega.
¿Pero qué es el Coso para para Federico, Néstor?: “Es lo que no sabemos. Es lo que tenemos adentro. En la canción lo dice muy bien: el coso es lo que todos tenemos dentro”. Aunque el documental El Coso intenta desentrañar qué es el Coso, su autor reconoce: “Es una misión imposible. ¿Qué es el Coso? Un huevo gigante ¿Qué es el Coso? ¿Tres niños saltando sobre cáscaras de huevos? ¿Puede ser el Coso eso? En esa etapa de la película más que se iba por las ramas, empecé a hacer un inventario de Cosos de la ciudad como monumentos absurdos y esas cosas. Estamos rodeados de Cosos. De hecho, hablé con Esteban Podetti que hizo la Enciclopedia Mundial del Coso, que no tiene nada que ver con Peralta Ramos, es otra idea del Coso. Finalmente, todo eso quedó afuera».
”Federico tenía todo un tema con el éxito y el fracaso. En su mirada, no hay nada más insoportable que un triunfador. El triunfo es implacable y se cristaliza en solo eso. El fracaso tiene mil caras. Es ambiguo, podés mirarlo de distintas maneras. Hay mil formas de entender qué es el éxito y qué es el fracaso. El éxito, la trascendencia, lo que te pasa a vos con eso, tocar el alma de una persona ya es un éxito. Cambiás la historia de la humanidad con la sensibilidad de esa persona que después puede hacer otra cosa. Uno lanza objetos al mundo y tienen vida propia y puede pasar cualquier cosa y eso es ya un éxito en sí mismo. Lo que para vos es horrible para otro es hermoso. Ninguno es mejor que el otro. Los cánones estéticos no van conmigo”, resume Frenkel.
Las cosas después de El Coso
El Coso ya fue (aunque este miércoles 10 pueden ver una proyección especial en la Galería Ruth Benzacar) y en pocos días se estrena en el Bafici Después de Un buen día. Frenkel nos explica: “Es sobre Un buen día, una película argentina del 2010 que fue considerada, en su momento, la peor película de la historia. Hubo un caso parecido con The Room que también fue considerada la peor película de la historia, sobre cuyo director después se hizo una ficción, El artista desastroso (The Disaster Artist). Esto es otra cosa, pero es un documental que hice sobre esa película, sobre los que la hicieron y de lo que fue pasando con esa película. Fue burlada, fue tomada de punto y eso generó sufrimientos y, a la vez, por la propia magia del arte y de la vida, empezaron a pasar otras cosas: se generó una comunidad en torno a la película, fanáticos, homenajes y ahora un documental que es el que hice yo».
Y agrega: «No es que me guste el fracaso, sino las historias sinuosas u oblicuas, digamos. Y da para pensar sobre los límites del arte, qué es lo bueno y lo malo en el arte, quién tiene la verdad y también sobre el hecho de que los objetos artísticos tienen una vida propia y que va más allá de lo que se diga sobre ellos en su momento. Hay cosas que, por alguna razón, rompen barreras y atraviesan épocas y generan cosas como Federico Peralta Ramos, que escribía una cosa en una servilleta y uno piensa: ¿hay algo más efímero que un tipo que se sienta en un bar y escribe algo en una servilleta? Escribe tres frases y se lo regala al que tiene enfrente. Cincuenta años después hay personas que están restaurando esas cosas, se cuelgan en museos, se venden por miles de dólares, se hacen películas.”
El INCAA y la incertidumbre
Pero, como estamos en Argentina y con un gobierno lanzado a una ofensiva contra la cultura en general y el cine en particular, el tema se hace ineludible. El entrevistado opina: “De lo que puede llegar a pasar no tengo la más mínima idea porque siento que estamos lanzados a algo que no sabemos qué dimensión tiene. Estamos pataleando en el aire y cada día puede ser el último de esta época o estamos fundando una Argentina que nunca volverá a ser la que fue. Estoy en ese grado de incertidumbre. Vislumbrar, no puedo vislumbrar nada, lo que sé es que hay un ataque horroroso, infundado y agresivo. Tiene razón de ser en este tipo de gente que solo puede cuantificar las cosas. Y es como lo del Gaumont o como lo del dengue. Que se muera el que se tenga que morir. Hay un odio hacia lo humano y hacia toda actividad que no sea ganar plata. Quieren aniquilar el goce, aniquilar la cultura, el encuentro, la reflexión, nuestra propia historia».
Frenkel concluye: «Y el INCAA es uno de esos elementos y, en un punto, me preocupa menos que muchas otras cosas. Pero a la vez es lo mismo que esas otras cosas: el gran horror. La crueldad y el odio hoy son cool. Ser un facho hijo de puta está bien visto, estar a favor de Videla está bien visto. Yo pensé que la gente que pensaba así se lo guardaba porque le daba vergüenza. Capaz una noche un tío medio borracho podía decir que con los milicos estábamos mejor, pero ahora lo dicen los pibes y no creo que nada muy bueno salga de todo eso. Estoy esperando que esto pase con el menor costo posible”.
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-El Coso se exhibe nuevamente en la Galería Ruth Benzacar, Juan Ramírez de Velazco1287, CABA, el miércoles 10 de abril de 2024. 20 hs. Festival Vecine . Reserva de entradas en https://www.clicvillacrespo.com/vecine
-Después de un buen día será estrenada en el BAFICI 2024: el Viernes 19, a las 21:35 en el Gaumont; y el domingo 21 a las 14:10 y el lunes 22 a las 17:10 en el Cinépolis, Plaza Houssay.