Ni guerra, ni civil, ni española

Entrevista a Mónica Puertas, por Mariana Rodrigo

Después hacer el recorrido histórico «Guerra civil española en Buenos Aires», Mariana Rodrigo dialogó con la socióloga Mónica Puertas, ideóloga y guía de la propuesta, quien no aborda ese hecho histórico crucial como un mero evento a recuperar para nuestra memoria de lucha sino como una cuestión absolutamente presente, que sigue en carne viva en la España de hoy, con miles de desaparecidos republicanos asesinados por el franquismo enterrados en fosas comunes y calles que siguen festejando a los genocidas.

.

Mónica Puertas es socióloga, trabaja en la ex ESMA, es hija de exiliados, nació en Ámsterdam en 1981, hace veinte años vivió cinco en Barcelona y ese es el combo por el que bucea su interés por la que todavía conocemos como “guerra civil española». Mónica es la ideóloga y guía del recorrido “Guerra civil española en Buenos Aires” que trabajó durante la pandemia y puso en práctica desde diciembre. Se trata de siete paradas que sirven de excusa para abordar esta temática que no pretende ser una clase de historia en torno a un hecho que sucedió 85 años atrás, sino un llamado de atención sobre el presente: “Como decía el abogado Carlos Slepoy, que formaba parte de la querella argentina: ni siquiera es una cuestión de memoria, es una cuestión de presente. HOY las calles en España siguen teniendo nombres de genocidas, HOY las víctimas no tienen justicia, las fosas comunes siguen HOY, en 2022, con cuerpos sin identificar, cuerpos de personas asesinadas por el fascismo. Es evidente que tiene todo que ver con la actualidad”, explica.

El recorrido inicia en el Congreso de la Nación y pasa por la sede de la Unión Cívica Radical (UCR) para poner en contexto los procesos migratorios que llevaron a tantos españoles a optar por Argentina como destino. Sin embargo es la parada en la sede de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo donde se ingresa en el núcleo del recorrido desde la perspectiva que propone Mónica: eso que llamamos guerra civil española no fue ninguna de las tres cosas y es tiempo de llamarla como lo que fue: un genocidio.

No fue una guerra civil, sino un golpe de Estado fascista y, dado que intervinieron tres ejércitos profesionales (el español, el alemán, el italiano), no podríamos decir que fue un proceso solamente español. Si sumamos que asistieron a la defensa de la república brigadistas internacionales de más de 50 países, tampoco podríamos hablar tampoco de una lucha exclusivamente española.

“El público argentino es particular, la gente que elige participar de este recorrido suele venir con bastante idea sobre el tema y todo el aprendizaje que tenemos como sociedad en materia de derechos humanos es un insumo que nos sirve muchísimo para pensar esta temática. Aun así, para gente formada y vinculada en mayor o menor medida a los derechos humanos, la hipótesis de genocidio resulta novedosa.”

“Te diría que casi en un 100%” responde a la pregunta de qué tan habitual resulta ese click, esa sensación de “no lo había pensado” con la que muchas de nosotras nos sorprendemos durante la visita, sobre todo cuando el recorrido se vuelve aún más denso, ahí en “la esquina de la hispanidad”, en la que Mónica nos invita a problematizar el concepto de guerra civil y vincularlo con la teoría de los dos demonios.

Es que no solo fue un genocidio: fue un genocidio exitoso. 

Daniel Feierstein, sociólogo y doctor en ciencias sociales, habla, en su libro El genocidio como práctica social, de las distintas etapas que conforman un genocidio en donde el aniquilamiento de un grupo social no es la última. Resultado del genocidio también es reemplazar los valores del oprimido por los del opresor, como romantizar un genocidio narrándolo como disputas entre hermanos, asistir a una realidad en la que las propias víctimas, las propias familias de las personas desaparecidas, asumen el olvido, la derrota, el silencio.

Así es como nos encontramos, con miles de ejemplos como puede ser el caso del poeta y militante republicano Federico García Lorca, cuyos huesos se encuentran aún hoy sin identificar oficialmente, en una fosa común, mientras su familia no autoriza su identificación. 

El recorrido, con eje en Avenida de Mayo, pasa, entre otras paradas como el Hotel Castelar o el Teatro Avenida, por la que fue la sede del diario Crítica, que siguió e informó diariamente sobre la evolución de la guerra y que, gracias sobre todo a la gestión de la escritora anarquista Salvadora Medina Onrubia (entonces esposa del fundador del diario, Natalio Botana), no solo apoyó a la República española y su resistencia ante el golpe de Estado franquista sino que también hospedó a republicanos perseguidos y exiliados ―la pareja incluso recibió a Lorca en su casa, cuando estuvo en la ciudad―, apoyó a las brigadas internacionales y escondió a militantes anarquistas, comunistas y socialistas perseguidos también en suelo argentino, entre otras acciones. 

Amerita una mención especial la obra Un hombre y su vida, escrita por Medina Onrubia en el mismo año 1936 que, como afirmara Osvaldo Pellettieri, uno de los mayores investigadores y especialistas en teatro argentino y rioplatense, constituye una de las obras más lúcidas sobre esta temática, con doble mérito por haber sido escrita en el mismo momento en el que acontecían los hechos. 

Mónica cuenta que durante el recorrido se sucede un intercambio real entre lo que ella propone y las asistentes, en el que se nutren mutuamente y se piensa en colectivo, todo lo cual lleva a que la propuesta mute y crezca de manera muy dinámica. “Lo que no cambia es la hipótesis. No solo no cambia sino que la hipótesis de genocidio es cada vez más sólida.  toda esa mirada de que fue una guerra civil, incluso en gente que es del palo de los derechos humanos, es una demostración más de que ese genocidio fue exitoso porque formateó el imaginario de todos nosotros”, afirma, mientras sostiene que conducir este recorrido en Buenos Aires hoy “es casi una misión política: la idea es que haya un acompañamiento de la comunidad internacional, en este caso argentina, a la lucha por los derechos humanos en España”. 

“No es cierto que en España no se haga nada por los derechos humanos, por la memoria, la verdad y la justicia. Esa es una idea que radica en la invisibilización por parte del relato oficial y la falta de voluntad política de casi todos los gobiernos”, enfatiza.

Un proyecto de clase

Si tenemos en claro que la República española fue un proyecto de clase ―la propia constitución de 1931 arranca sosteniendo “España es una república de trabajadores”― y teniendo en cuenta que el genocidio que inició con el golpe de estado de Franco a una república democrática con amplio apoyo social (tuvo 3 gobiernos de los cuales solo el tercero contó con participación del partido comunista) y que incluyó brigadas internacionales de más de 50 países, ¿por qué no se encuentra en nuestro acervo reivindicativo de luchas populares?

Hay numerosos relatos, incluyendo al imprescindible Homenaje a Cataluña de George Orwell, en el que se habla de la preparación casi nula de los milicianos, de la falta casi total de armamento en buen estado y de una lucha civil e internacional a pura fuerza de voluntad, enfrentándose a ejércitos profesionales de tres países. Pese a todo ello, Orwell destaca: “Por primera vez en mi vida me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas”.

¿Por qué, entonces, incluso desde las expresiones artísticas, especialmente el cine y su poder performativo del imaginario, asistimos a discursos derrotistas que suenan más bien a un canto de reconciliación nacional, en el que se diluyen las identidades políticas de los militantes republicanos, se romantiza el contexto, se silencia la lucha heroica y completamente desventajosa que tuvo lugar en una España abandonada por la comunidad internacional pero defendida, hasta donde fue posible, por la clase trabajadora de tantos países?

¿Cómo se explica la ruptura de los lazos de solidaridad entre los pueblos, después de una historia tan rica y fraternal?

¿Por qué hay más de 120 mil personas bajo tierra, que dejaron la vida luchando por la democracia y en contra del fascismo, que hoy ni siquiera forman parte de un imaginario argentino de luchas y resistencias?

 

El recorrido se da los sábados y domingos a las 15hs y es necesario hacer reserva previa con anticipación porque se agotan. 

También es posible tomar el curso virtual que dictará Mónica Puertas sobre esta temática, de manera virtual, desde el 6 de agosto. 

Consultas, reservas e inscripciones al mail recorridoguerracivil@gmail.com 

IG: @guerracivilespa_argentina