No todo se incendia y se va
Por Pedro Perucca
Pedro Perucca disfrutó de Pobres corazones, una historia de fantasmas donde se despliegan algunos pequeños grandes dramas en las calles de San Telmo. El viaje fantástico al barrio histórico se potencia también gracias al marco que provee la hermosa casa de antigüedades en que se desarrolla la obra.
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Un anfitrión tanguero y expansivo, explícito enamorado del barrio de San Telmo, empieza a hablar de ésta, una de las zonas más antiguas e interesantes de la Ciudad de Buenos Aires. Así, mientras las decenas de arañas de cristal que cuelgan del techo del hermoso teatrito El Anticuario reflejan las luces del escenario, comienza una historia enraizada en la identidad barrial, cuyo principal recurso son flashbacks a distintos momentos de la vida de las hermanas Rebeca y Miranda (Victoria Bonora y Micaela Ewy).
El espacio en el que transcurre la obra no es un dato secundario en este caso, ya que se trata de una casa de antigüedades de las que abundan por esa zona de San Telmo, por lo que para llegar a sus asientos los concurrentes tienen que pasar entre estatuas, sillones, cuadros, jarrones y mil otros objetos cargados de la pátina del tiempo que ya van predisponiéndolos amablemente para volver al pasado.
El texto base de la obra nació como creación colectiva del taller de producción teatral que coordinaba Eliana Lilo, hoy muy solvente directora de la pieza, sobre la base del libro Fantásticas historias del San Telmo, de Ulises Pastor Barreiro, que enlaza con toques fantásticos tres relatos de vidas, eventos y personajes del barrio del sur porteño. De allí provienen las referencias a la historia de calles como Piedras, que supieron recorrer y amar ídolos populares de la talla de Carlos Gardel. Esto da lugar a un muy acelerado parlamento del anfitrión (un siempre divertido Eliseo Huerta), con un texto rebosante de detallismo y de referencias.
En esta figura carismática del anfitrión no es difícil adivinar algo del maestro de ceremonias alla Cabaret, un apuesta climática que se multiplica con la presencia de músicos en vivo (un cuarteto tanguero de bandoneón, chelo, guitarra y voz, compuesto por Martín Bogado, Raffi Castro Tekyan, Renzo Gallo y Silva Soulé, que tienen algunas muy divertidas intervenciones y líneas de diálogo en la obra), además de cuadros de danza y canciones que la voz maravillosa de Soulé transforma en momentos clave de Pobres corazones.
El relato del presentador nos lleva primero a una época en la que él era profesor en una de las escuelas del barrio, en un curso que agotaban las hermanas Rebeca y Miranda. En este paso de comedia se introducen también una suerte de espíritus animales o chamánicos que acompañan a las hermanas, proveyendo referencias de sus personalidades (no se sabe si como causa o como efecto), en la forma de pájaros humanoides. Uno es multicolor y alegre como un papagayo o un tucán y la otra renegrida y trágica como un cuervo. Por medio de un motivo musical recurrente también se propone algún link con las figuras de Odette y Odile, las antagonistas del ballet El lago de los cisnes.
Tras una elipsis tal vez algo confusa, volvemos a encontrarlas ya adultas compartiendo el fantasmal caserón de San Telmo que les dejaron sus padres tras un reciente fallecimiento, que parece haber afectado mucho más profundamente a una de las hermanas. En la discusión sobre la venta o no de la casa, lo que implica tal vez abandonar el barrio, se juegan algunos de los ejes de la obra, sobre todo en lo que hace a las formas de la memoria, de la relación entre las dimensiones de lo individual y lo colectivo, de los lazos sociales con el territorio y la gente que lo habita y lo transforma. Las voces de una calle vital y activa, donde también se desarrollan proyectos artísticos y culturales, incluso llegan al triste interior de la casona silenciosa que ocupan Rebeca y Miranda.
En este contraste también podemos ver cómo la relación con el arte (una de las hermanas, la que alienta a los artistas callejeros a seguir con sus ensayos, también es actriz y está al borde de un estreno) puede contribuir a encontrar salidas menos autodestructivas a los dramas personales y colectivos. En ese contexto las hermanas, en tanto jóvenes laburantes, deben lidiar con los desafíos cotidianos de pagar las tarifas, la comida y llevar adelante la cotidianeidad de una casona en decadencia, mientras intentan no dejarse hundir en la melancolía. Nunca está de más repetir que el arte salva, a quien lo sabe y a quien no.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Eliana Lilo
Actúan: Mateo Bonamico, Victoria Bonora, Micaela Ewy, Eliseo Huebra, Lourdes Togneri
Diseño de maquillaje: Daniela Jara
Diseño de vestuario: Daniela Jara
Diseño de luces: Tomás Vai
Música En Vivo: Martín Bogado, Raffi Castro Tekyan, Renzo Gallo, Silva Soulé
Asistencia De Maquillaje: Juan Correa
Asistencia de vestuario: Juan Correa
Asistencia de dirección: Malena Pedrol Bellocchio
Coreografía De Tangos: Paula Ferrío
Dirección musical: Renzo Gallo
Dirección: Eliana Lilo
Duración: 60 minutos
Teatro El anticuario
San Lorenzo 354, Capital Federal
Teléfonos: 11-4-025-0338
Entrada: $ 1.200,00
Domingo – 19:00 hs – Hasta el 27/11/2022