«Puedo ver las ventajas del Auto-Tune, pero a mí me gusta que las voces sean imperfectas»

Por Marcelo Simonetti

Algunos días antes de la llegada de The Mission para una nueva fecha en Buenos Aires, Marcelo Simonetti entrevistó a Wayne Hussey, cantante de la banda. Una charla imperdible sobre la incidencia de las distintas formaciones en los temas clásicos del grupo, el impacto de la pandemia, los nuevos proyectos, el avance del segundo tomo de su autobiografía y, sobre todo, la interminable pasión por la música.

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El próximo 4 de Noviembre se presenta la emblemática banda de rock británico de los ochenta The Mission en el Teatro Vorterix, en el marco de la que muy probablemente sea su última gira por Sudamérica. Su cantante es el fundador del característico sonido de guitarra del Gothic Rock, subgénero estrella del post punk. Podemos escucharlo en el disco por excelencia del nicho, First And Last And Always, de la banda Sisters Of Mercy.  Muy poco después de grabar ese disco, el bajista Craig Adams y el guitarrista Wayne Hussey abandonaron el barco y, junto a Mick Brown en batería y Simon Hinkler en guitarra, formaron The Mission, con Wayne en la voz aparte de las seis cuerdas. La nueva banda usó de trampolín el sonido de la anterior, pero más rockero y a la vez más melódico. A fines de los ochenta llegaron a llenar Wembley y encabezaron grandes festivales. En 1988 llenaron dos Obras y llegaron a ser muy populares en nuestras tierras. Pero con la década del noventa vinieron los problemas, hasta que, después de muchas idas y venidas, en 2011 se reunieron tres de los miembros originales. Desde esa fecha habían venido dos veces como banda a Argentina (Wayne vino muchas veces a tocar solo también) y ésta es la tercera, ocho años después.

Conozco a Wayne hace quince años. La primera vez que charlamos fue después de un show suyo, en un restaurante porteño que ya no existe. Me vio con una remera de The Mission afuera del mismo, golpeó el vidrio de la ventana y me dijo: “Linda remera. Entrá, sentate con nosotros”. Desde ese día lo vi en vivo solo y con banda unas cuarenta veces alrededor del mundo. En todas salí satisfecho.

Cuando supe de este nuevo show en Argentina le propuse entrevistarlo y accedió de inmediato. Quedamos para un miércoles, vía Zoom. “Después de las 6 de la tarde”, me dijo. Porque antes jugaba el Liverpool contra los Rangers por la Champions. Así que cada uno en su casa vio el partido y empezamos la charla minutos después del final.

-Hola Wayne, ¿cómo estás? ¿Viste el partido? ¿Cómo ves al Liverpool éste año?

-Bien, todo bien por acá. Bueno, obviamente, no estamos jugando muy bien. Yo creo que es un poco la resaca de la temporada pasada, en la que estuvimos geniales. Y creo que estamos extrañando a Mané. Díaz es bueno, y Núñez podría ser bueno, aunque todavía no lo está siendo. Salah no está jugando muy bien. No creamos el mismo peligro. Como muchos seguidores del Liverpool, ya le doy por ganado el título de la Premier al Manchester City o al Arsenal.

-Vamos al tema central. Contame del tour. Han estado girando casi todo el año…

-Bueno, estuvimos yendo y viniendo de Gran Bretaña y Europa cuatro veces, creo, o algo así. Junté muchas millas de vuelo. Pero tengo que decir que los show fueron geniales. Ya sabés que también tuvimos un pequeño shock. Justo antes de empezar a ensayar para los primeros shows, Mike decidió que no iba a hacer la gira. Así que tuvimos que apurarnos a encontrar un nuevo baterista. Teníamos un par de tipos apuntados. Gente que conocíamos del pasado, que había estado en otras bandas que conocíamos hace mucho tiempo. Pero desistieron a último minuto. Así que al final conseguimos a un joven de Estados Unidos, que sólo tiene 31 años. Craig había tocado con él y lo recomendó. Y finalmente resultó muy bien. Ha sido un verdadero soplo de aire fresco. Tiene mucha energía. Se aprende las canciones muy rápido. Y sí, es genial. Ha traído algo nuevo y fresco a la banda, supongo.

-Tenían muchas canciones para elegir antes de tocar cada noche con Mike. Y supongo que tuvieron que empezar de nuevo con Alex.

-Sí, pero el problema con Mike era que nunca se aprendió de verdad las canciones. Él siempre estaba leyendo notas. Todavía seguía usando las notas, a pesar de que habíamos estado tocando juntos durante diez años. Cuando estás leyendo las notas, no estás escuchando lo que está pasando. Porque estás leyendo notas. Pero Alex no usa notas. Tal vez sea porque tiene una mente más joven. Recuerda las canciones, incluso mejor que Craig o Simon o yo mismo. Es un cerebro joven. Así que creo que ahora estamos en algo así como 37 canciones con Alex, lo que nos permite seguir cambiando el set cada noche como nos gusta hacer, como vos ya sabés.

-Bien, es una buena cantidad de canciones entre las que elegir.

-Y vamos a agregar más. Quiero decir, no sé si las añadiremos en esta etapa porque sólo tenemos un día de ensayo en Guadalajara antes de empezar. Pero cuando hagamos la gira europea el año que viene, ensayaremos un par de semanas y probablemente añadiremos cuatro o cinco o seis canciones más a las que tenemos.

-Bueno, esta es una pregunta que involucra tu opinión personal sobre el estado de la música. Empezaste tu carrera más o menos en serio en la música cuando el punk estaba surgiendo…

-Empecé en bandas básicamente tocando la guitarra cuando tenía unos 14 años, lo que habría sido en el 72 o 73. Y empecé a escribir mis propias canciones porque no podía tocar las de nadie más. Así que simplemente fui y lo hice. Y en tres semanas estaba tocando en mi primer concierto. Eso fue antes del punk, que llegó en el 76. Cuando me mudé a Liverpool el punk aún era una fuerza musical nueva y dominante. Y fue revolucionario porque permitió a la gente como yo, que no era técnicamente muy competente en ese momento, levantarse y hacer ruido. Y mucha gente empezó a estar en bandas gracias al punk. El punk significaba que no tenías que ser un virtuoso para tocar.

-Eso era lo que estaba a punto de preguntarte. El punk reclamaba la democratización de la música y estaba en contra del elitismo…

-Así es.

-Y vos viviste esos dos períodos diferentes en la industria musical. Ese del reclamo del punk y el de ahora, desde el acceso a Internet, cuando todo el mundo dice que cualquiera puede hacer música y grabar un disco. ¿Cambió todo realmente, para vos?

-No cambió realmente para nosotros, porque somos viejos y tenemos nuestras formas de hacer las cosas. Es como tratar de enseñarle a un perro viejo un truco nuevo. Cuando nos reunimos y tocamos como banda, tenemos nuestra dinámica, entre Simon, Craig y yo tenemos procesos que han estado allí durante más de 30 años. Y no creo que vayan a cambiar. Craig y Simon, benditos sean los dos, no están muy versados en las nuevas tecnologías y en grabar en casa. Ellos tienen equipos muy, muy básicos en sus casas, mientras que yo tengo un estudio adecuado aquí. Pero seguimos siendo capaces de hacer discos. Por desgracia, no podemos permitirnos hacer discos de la misma manera en que solíamos hacerlos, como en los años ochenta y noventa. Es decir, reuniéndonos todos en una habitación y tocamos juntos. No podemos permitirnos hacerlo ahora porque no vendemos suficientes discos para ello. Así que, obviamente, tenés que al menos alcanzar un equilibrio cuando hacés un disco. Necesitás hacer suficiente dinero como para pagar ese disco y, con suerte, para hacer el siguiente. Pero sí, podés hacer música y hacer un álbum en una laptop, ya sabés. Y hay algunos chicos que lo hacen de manera brillante. Obviamente, yo soy de la vieja escuela. Te sentás ahí con una guitarra y cantás y tocás una canción, y eso es música para mí. O te sentás al piano y tocás. O reunís a un grupo y hacen ruido juntos. Pero hay gente que puede manipular el software y tocar el teclado con un dedo, y con eso hacen discos que suenan brillantes. Ya sabes, sigue habiendo imaginación. Al final se trata de la imaginación. Y creo que hay algunos grandes discos que se hacen ahora por jóvenes que no tienen el mismo nivel de experiencia musical. Es como el jazz, que cuando apareció fue visto como lo opuesto a lo clásico, a la disciplina clásica. Porque el jazz se trata de no ser disciplinado, de ser libre. Y creo que, para cualquier música, se trata realmente de hacerla con sentimiento e imaginación .Y vos como músico, toques lo que toques, ya sea una laptop, una guitarra o un violín, tenés que comprometerte con lo que haces. Creo que eso es lo que debería ser la música. Claro que también hay mucha música pop genérica ahora. Eso es lo malo de Internet. Que hay tanto que suena tan, tan igual. En éste pop utilizan básicamente los mismos acordes. Usan la misma voz. ¿Como llamarlo? Y el Auto-Tune. Lo podes escuchar. Puedo ver la ventaja de usarlo. Pero a mí me gusta que las voces sean imperfectas. Que tengan personalidad. Que tengan carácter. Lo que hace Auto-Tune, es quitar todo eso y hacerlo perfecto, pero nadie canta perfectamente.

-Recuerdo haber leído a Nick Cave respondiendo a alguien sobre la Inteligencia Artificial y sobre la música hecha por robots y la posibilidad de que exista la música perfecta. Él dijo que tal vez habrá música perfecta hecha por robots, pero que hay algo que no tendrá, algo que solo los seres humanos pueden darle.

-Sí, absolutamente. Eso es lo que estoy diciendo. Ahora tenemos la tecnología para arreglar cualquier error que podamos cometer en nuestro plan. Pero esos errores son las cosas que le dan su carácter, le dan su impronta, le dan su espíritu. Sabés, creo que, pensándolo bien, eso es algo que realmente echo de menos en la música pop actual. Sí, hay un montón de bandas y músicos que ya he dicho que usan su imaginación y hacen música que te hace decir: “¡Guau!”. Pero no son los artistas que están vendiendo discos. Sí, los artistas que están vendiendo los discos y tienen millones de streameos son los más genéricos.

-¿Te pasa que tus gustos musicales pueden cambiar a lo largo de los años y a lo mejor apenas escuchás la música que escuchabas cuando eras un niño, pero hay un afecto por esas bandas o músicos que ningún otro puede conseguir?

-Sí, por supuesto que tus gustos cambian a medida que avanzás en la vida y escuchás cosas diferentes y nuevas y tu estilo ocupa un rol y con quien te juntas juega un papel. Por ejemplo, fui a ver la película de David Bowie la semana pasada. Creo que en ella han perdido una oportunidad. Porque tenían acceso a todos sus archivos. Me hubiera gustado verlo más en el estudio trabajando. Me hubiera gustado ver más música y menos charla. Demasiado. Demasiada charla para mí y demasiados golpes de efecto. Pero fue inspirador cuando escuché la música. Se pueden oír pequeños trozos de música y canciones que conocemos y amamos, pero con mezclas ligeramente diferentes y despojadas. Y me dije: eso es lo que quiero escuchar. Eso es lo que quería. Entonces me hizo pasar tres o cuatro días sólo escuchando viejos discos de Bowie, o ni siquiera viejos discos. Cosas como Heathen y Blackstar, discos fantásticos. Así que sí, fue muy inspirador. Y sí, por supuesto, mi primer héroe fue Marc Bolan y mi segundo héroe fue Bowie. Me encantaban los Beatles cuando era un niño pequeño, y todavía me encantan. Probablemente sigan siendo mi banda favorita, tal vez con Radiohead en segundo lugar. Massive Attack es otra de mis bandas favoritas. Escucho todo tipo de cosas. Crecí escuchando la colección de discos de mi madre y mi padre en los sesenta, que eran los Beatles, los Stones y los Kinks. Y luego cuando era un niño era T. Rex y Bowie y Roxy Music y. Y luego llegó el punk y como que me metí en Zeppelin. No era tan fan de Black Sabbath o Deep Purple porque eran demasiado heavys para mí. Me gusta más Zeppelin porque creo que eran un poco más, tenían momentos de mayor luz.

-Excepto Radiohead y Massive Attack, estás nombrando a todas las bandas de cuando eras un chico…

-Sí. Que escuchaba mientras crecía. Y luego, cuando llegó el punk, me aficioné a cosas como Television y Talking Heads y Blondie. Yo era más del punk de New York. Una especie de punk en contraposición al punk británico. No era un gran fan de los Pistols, aunque eran un soplo de aire fresco. No era un gran fan de The Clash, aunque eran geniales en vivo y hacían unos discos estupendos. Las bandas que me gustaban eran las de New York. Eran más musicales para mí. Así que eso es lo que escucho a veces. Pero es verdad que escucho cada vez menos rock en estos días y cada vez más ambient y música para relajarme, más que para excitarme.

-Hubo un momento en mi vida en el que leí muchas autobiografías de músicos. tal vez la de Morrissey y tu Salad Daze fueron las mejor escritas. Pero, más allá de eso, fue realmente divertido e interesante leerlas. ¿Disfrutaste escribiéndola? ¿Y qué podés decirnos del segundo volumen?

-En primer lugar, fue divertido escribir Salad Daze. A mí siempre gustaron los libros. No se puede ver la pared detrás mío mi oficina en este momento, pero esperá (Wayne se levanta y prende la luz para mostrarme una enorme biblioteca que apenas se vislumbraba en el zoom). Bueno, como ves, me gustan los libros. (Ambos nos reímos). Así que leo, leo mucho. Siempre admiré a los escritores y nunca pensé que tendría la disciplina para hacerlo yo mismo. Y supongo que escribir una novela es algo que siempre deseé hacer, pero nunca sentí que fuera capaz. Pero escribir una autobiografía, escribir la historia de tu vida, es parte de la ficción de todos modos. Quiero decir, todos nos mitificamos. Pero sí, disfruté de la escritura. Disfruté recordando. Hay un montón de cosas que olvidaste que sucedieron en tu vida. Y es sólo cuando empezás a pensar, cuando un pensamiento trae otro, que la memoria desencadena un montón de otros recuerdos. Y escribir, para mí, no es decir: «Me voy aponer porque tengo 15 minutos libres». No, necesito despejar una mañana entera porque me puede llevar una hora o más antes de poder lograr algo. Es lo mismo con la música. Tengo un estudio acá y puedo ir y tocar las guitarras y el piano y esas cosas. Y me lleva un poco de tiempo asentarme en el trabajo y crear. Pero estar en una banda es divertido. Obviamente, hay aspectos de lo que hacemos que tomamos en serio. Pero la mayoría de los subproductos de estar en una banda son estúpidos. Lo que tienes que hacer es estúpido. Las promociones, todo lo que hay alrededor, quiero decir. No es la vida real, ¿verdad?

Yendo a la otra parte de la pregunta, creo que el segundo libro ya está terminado, está siendo editado y estamos esperando autorización de algunas posibles partes donde hay difamaciones que podríamos tener que sacar (Risas). Y éste volumen fue un poco más difícil de escribir porque se trataba de los primeros años de The Mission, que están un poco borrosos, para ser honesto. Mucho alcohol y mucha droga. Tuve que confiar en mi propia memoria al final. Es fue difícil, porque mi recuerdo de una situación es muy diferente del de Craig o Simon. Cuando nos sentamos y empezamos a recordar teníamos diferentes recuerdos del mismo hecho. Así que al final pensé: «Bueno, voy a escribir como lo recuerdo». No es necesariamente la verdad. ¿Qué es la verdad, de todos modos? También me resultó difícil entrar en la escritura para esta segunda parte debido a la pandemia. Creo que el primer año yo no sabía realmente lo que iba a pasar, como le pasó a todo el mundo. Y sé que a algunas personas las hizo ser productivas y creativas. Pero a mí me volvió inerte. Me hizo sentir que nada de lo que hacía valía. Hice el ep Re-Mission Tower Of Strength. Y empecé a trabajar en un álbum con Cinthya, mi esposa. Ella había estado escribiendo canciones. Y eso estuvo bien para mí porque ella traía una canción, la tocaba con el ukelele, entrábamos en el estudio y yo programaba la batería, tocaba las guitarras, tocaba los teclados, tocaba el bajo y construíamos las pistas. Fue hacer música sin ninguna presión real porque las canciones, en esencia, no son mías. Así que eso fue divertido. Pero me tomó un poco de tiempo liberarme de esa inercia. Como a mucha gente, el COVID me afectó negativamente. Me hizo estar un poco deprimido y me hizo preguntarme qué iba a pasar en el futuro. No sabía si volvería a ver a mis padres, cosas así. Quiero decir, cuando esto apareció ninguno de nosotros sabía lo que iba a pasar. Pero sí, el segundo libro, más allá de éstas cosas, también fue divertido de escribir. Había recuerdos que estaban olvidados desde hace mucho tiempo. Y una cosa lleva a otra. También es divertido de leer. Hay un montón de cosas divertidas que sucedieron en Buenos Aires. Algunas de cuando fuimos por primera vez, en 1988, por ejemplo.

-De acuerdo. Habrá que leerlo también. ¿Cuántos años llevas viviendo en Sao Paulo? ¿Te sentiste en algún momento como un ciudadano brasileño o siempre como un extranjero?

-No, no soy ciudadano brasileño. Yo sólo soy un residente acá. Sigo siendo un ciudadano del Reino Unido. Pero los brasileños me han dejado vivir aquí. He estado viviendo acá por unos…

-¿20 años?

-Tal vez 20 años, creo que 19, 20 años. Sí. Así que me gusta estar acá. Es mi hogar. Realmente es mi hogar. Todavía no puedo hablar el idioma muy bien. Pero tengo a Cinthya. Habla un inglés brillante, brillante. Sí, me gusta acá. Quiero decir, obviamente tiene sus problemas. Bolsonaro, para empezar. Pero, con suerte, no estará en el poder mucho más tiempo. Con suerte. Pero todo el mundo tiene sus problemas.

-Bueno, volvamos a The Mission. En 2008 tuvimos una conversación en un restaurante después de tu show en solitario en La Trastienda, en Buenos Aires. The Mission se acababa de separar y estabas un poco mal con esa situación. Recuerdo que me dijiste que te gustaría tocar la guitarra en una banda y no ser la cara del grupo. ¿Te acordás?

-Sí. Y todavía me gusta la idea. Creo que fue en 2015 que Billy Corgan de los Smashing Pumpkins se puso en contacto conmigo y me dijo: «Me encanta tu forma de tocar la guitarra, bla bla». Y entonces comenzamos una correspondencia por correo electrónico y luego me invitó a Chicago, donde vive. Y fui. Y me dijo: «¿Crees que Craig querrá venir? Podríamos tocar algunas canciones de Sisters of Mercy juntos». «Sí, claro», le respondí. Así que Craig y yo fuimos a Chicago durante y pasamos una semana en la casa de Billy tocando cosas de los Sisters. Y fue genial. Otra persona cantando y yo podía tocar la guitarra y fue genial ser el guitarrista de nuevo. Pero creo que al final, me gusta ser el jefe.

-Claro. A eso iba. Yo estaba a punto de preguntarle que tres años más tarde, la reforma de The Mission, con la vuelta de Simon, pareció que daba mejores resultados que antes y que eso te había hecho sentir bien. Incluso en la respuesta del público.

-Creo que el público de The Mission estaba muy contento de vernos a los tres juntos de nuevo. Habría sido aún más agradable si Mick hubiera podido hacerlo, pero entonces no estoy seguro de lo bueno que hubiera resultado. La cosa fue cuando Craig y Simon no estaban en la banda y los miembros eran otros, quienquiera que estuviera en las diversas alineaciones tocaba las mismas canciones. Pero todos los que entran en la banda tienen su propia manera de expresarse dentro de las canciones. Y fue bastante sorprendente lo mucho que nos desviamos de lo que era la banda original, de la forma en que la banda original tocó las canciones. Fue sorprendente no darse cuenta, no reconocer eso. Así que cuando nos metimos en una habitación con Craig y Simon de nuevo por primera vez y empezamos a hacer ruido, fue como: «Oh, así es como se supone que debe sonar ésto». No suena necesariamente mejor, pero suena más como…

-¿The Mission?

-Sí. The Mission.

-Entonces el balance es bueno?

-Sí. Todos crecimos y la atmósfera es otra entre nosotros. No diría que estamos tan cerca como antes, porque Simon vive en Sheffield, Craig vive en Maryland y yo en Brasil. Así que no es que podemos juntarnos a tomar una taza de té. Nos reunimos para trabajar y nos llevamos bien, ya sabes. Ya no hay locura de por medio. Así que nos llevamos bien. Nos tenemos mucho afecto y respeto. Eso no existía cuando éramos más jóvenes. Mucho esnife en los viejos tiempos.

-¿Estuviste escribiendo música, aunque sea para tu propio placer, en estos últimos años? ¿Algún plan para un nuevo material de la banda o en solitario?

-Planes sólidos, en realidad no. Quiero decir, tengo literalmente cientos y cientos de demos, pequeñas ideas, ideas musicales. Y sólo en el caso de sentirme listo para hacer un nuevo disco será el momento de sentarse con ellos y revisarlos todos y decir: “Ese es bueno, voy a trabajar en eso. O tal vez pueda poner esos dos juntos. Bien, eso funciona”. Pero todavía no me decidí. Estuve trabajando en el disco de Cinthya. Así que en términos de creatividad, eso me tiene cubierto básicamente por el momento. Pero estoy empezando a sentir la picazón de hacer algo por mí mismo. Ya sea un disco en solitario o un disco de The Mission o no sé qué. Quizás ambient. Escucho mucha música ambient.

-La última. ¿Qué podemos esperar del show de Buenos Aires? ¿Sólo viejos clásicos, algo de los últimos discos?

-Bueno, como dije antes, creo que tenemos como 36, 37, 38 canciones que ensayamos, que son de todas las épocas de la banda hasta el último disco. Y cambiamos el set cada noche. No decidimos el set hasta el día del show. En la prueba de sonido nos preguntamos qué vamos a hacer esa noche. «No lo sé. Dejame mirar la lista. No hemos tocado “Swoon” por una semana. Hagámoslo. Toquemos “Swoon” esta noche o “Afterglow” o “Within the deepest darkness” o la que sea». Vos sabés, cambiamos cada noche. Claro que tenemos nuestros favoritos y hay canciones que obviamente tocamos siempre, como “Tower of Strength”, “Deliverance”, “Wasteland” o “Butterfly”. Bueno, los grandes éxitos todavía los tocamos.

-Muchas gracias por tu tiempo y la amabilidad de siempre, Wayne. Fue un placer. Nos vemos en unos días.

-Gracias a vos, nos vemos pronto.