Las ucronías tratan de rupturas temporales que despliegan universos paralelos. Todo inicia con una pregunta: ¿qué pasaría si los ingleses hubieran triunfado en las invasiones de 1807 (Marcos Victoria)?, ¿Qué hubiera pasado si el Eje ganaba la Segunda Guerra (Philip Dick)? ¿Y si Perón no era liberado en el 45 y moría en la cárcel? ¿Y si Pinochet defendía el gobierno de la Unidad Popular y se desarrollaba el primer Estado cibernético de la historia? ¿Y si la peste negra del siglo XIV hubiera destruido Europa al punto de borrarla de la historia? ¿Y si Supermán caía en la URSS? Se trata de un juego de especulaciones alucinadas y espejismos históricos donde lxs autorxs ser permiten reorganizar el curso de los eventos para imaginar desarrollos inauditos.
Ucronías inglesas en Argentina, ucronías peronistas, ucronías nazis, soviéticas, de la Revolución Industrial y de los Estados Unidos. Formas del tiempo caóticas que nos prometen entrar en contacto con futuros cancelados y deslumbrantes. Allá vamos.
1- Ucronías inglesas en Argentina
Hay dos novelas que formulan sus premisas alterando nuestra relación con Inglaterra. En Buenos Ayres City, Marcos Victoria, propone que la segunda invasión inglesa triunfó en 1807 y las tropas de Whitelocke entraron a la ciudad. Desde entonces, Argentina es una democracia monárquica al servicio de la corona inglesa. La historia transcurre en un 1968 en el que una rebelión está a punto de patear el tablero político del país.
Juan Simeran, en cambio, plantea en Argentinos… a vencer! (2012), la hipótesis de que Inglaterra no pudo vencer en la guerra de Malvinas. Treinta años después del 2 de abril de 1982, los ingleses todavía no pudieron recuperar las islas, que siguen ocupadas por el Ejército argentino. Mientras tanto la junta Cívico Militar, que se mantuvo en el poder apoyada en eso, transformó el país en una prisión enorme y decadente estancada en la década del 80.
2- Ucronías peronistas
El peronismo funciona como un punto de inflexión en la historia argentina. Por eso no es raro que varixs autorxs hayan decidido generar sus ucronías a partir del cambio en un evento de ese período histórico. El oro de Tiresias (1991), de Angélica Gorodischer, propone la hipótesis de que Perón no es liberado en 1945 y muere en la cárcel. El cuento se narra desde el punto de vista de un estudiante de mediados del siglo XXI que investiga el periodo, signado por una cadena de gobiernos militares.
Alejandro Alonso publicó un cuento extraordinario en 2008 con el título “1953”. Ahí Perón se encuentra con Ernesto Sábato con la excusa de presentar sus condolencias por la muerte de la esposa y los hijos del escritor. Sin embargo, el presidente tiene un objetivo secreto: contarle que la Marina encontró los restos de una nave espacial en el océano y Perón quiere que el autor de El túnel integre el equipo de investigación. El Área 51 es argentina. Se puede leer acá.
En la novela El muchacho peronista (1992), Marcelo Figueras propone un cambio aún más drástico. Un seminarista llamado Roberto Hilaire Calabert asesina a Perón en un prostíbulo en 1938, de modo que las masas de trabajadorxs nunca llegan a conocerlo y Calabert, en cambio, termina siendo el primer papa argentino.
3- Synco – Jorge Baradit
Repasemos algunas de ucronías de nuestro continente. Jorge Baradit escribió Synco, una novela situada en 1973 en el Chile de Salvador Allende. Su hipótesis es que Pinochet decidió apoyar el gobierno de la Unidad Popular y desmanteló el golpe militar, convirtiéndose en ídolo democrático. En ese contexto, el proyecto Cybercyn de Staford Beer logra desarrollarse hasta la construcción del primer Estado cibernético de la historia, que maneja una red para el control centralizado de la economía y la participación social. Política, intrigas internacionales, conspiraciones y fuerzas místicas ancestrales al servicio del socialismo. La historia comienza cuando Martina Aguablanca vuelve a Santiago para la reeleción de Allende en 1979. En La republica nazi de Chile,(2019), de Carlos Basso, la hipótesis contrafáctica es de resultados opuestos, en país transandino bajo dominio nazi, tras la victoria del Eje en la Segunda Guerra.
4- Las guerras rurales – Elizabeth Lerner y Santiago Kahn
En esta historia, publicada por Maten al mensajero en 2016, la lucha de Joaquín Zarpes para encontrar a su hijo es también una búsqueda de sentido, de entendimiento ante una propia identidad que se desintegra frente al devenir de la historia. Ucronía y distopía, va pasando por todos géneros que caracterizaron al folletín: historia de guerra, espionaje, policial, gauchesca, terror. Transcurre en el sur de la provincia de Buenos Aires, en paisajes que se alejan de lo urbano para adentrarse en lo desconocido, y se construye como un proceso de extrañamiento en el que algo tan habitual como el propio rostro puede volverse ajeno (como en la enfermedad que padece Zarpes). Simetrías y anacronismos, tiranía y pacificación, brujas de Tapalqué y autómatas producidos a partir de cadáveres en una línea de montaje.
5- Watchmen – Alan Moore (guión) Dave Gibbons (dibujo)
«¿Quién vigila a lxs que vigilan?» ¿Superhéroes con problemas psiquiátricos? Lxs “encapuchadxs” devenienen psicóticxs, perversx, híper neuróticxs. El Mago y guionista Alan Moore junto al dibujante Dave Gibbons crean 12 capítulos, publicados mensualmente entre 1986 y 1987, que producen un quiebre en el cómic mainstream.
La premisa de Watchmen es una ucronía ambientada en un Estados Unidos paranoico de 1985, con Nixon aún en el poder y una contundente victoria en Vietnam, en medio de una Guerra Fría en la que las tensiones con la URSS plantean una amenaza nuclear inminente.
Este cómic se convirtió en 1988 en la primera novela gráfica ganadora del Premio Hugo, otorgado por la Convención Mundial de Ciencia Ficción.
6- Red son – Mark Millar (guión) Dave Johnson y Kilian Plunkett (dibujo)
¿Qué pasaría si en lugar de aterrizar en Kansas, la nave en la que viajaba el bebé Kal-El hubiera caído en una granja de Ucrania, en plena Guerra Fría? ¿Qué pasaría si Superman gobernara la Unión Soviética? El superman que en EEUU hubiera sido bueno en la URSS se convierte en un Gran Hermano en la tierra de los soviets, según la historia de Millar.
Red Son (2003), plantea un mundo alternativo donde Lois Lane está casada con Lex Luthor y Batman es un anarquista que lucha contra el totalitarismo del kriptoniano. EEUU crea un Superman-Frankenstein odiado por la masa que termina mal, mientras en el ‘Daily Planet’ formulan una hipótesis revolucionaria: Superman sería estadounidense si su nave extraterrestre hubiese caído en la Tierra doce horas antes.
Como propuesta de Synco, este comic se puede leer junto con Watchmen, con el que tiene numerosas conexiones desde su contexto de Guerra Fría en el que un superhéroe inclina la balanza de poder hacia un lado u otro: el Doctor Manhattan hacia occidente en Watchmen y el Superman ucraniano hacia el socialismo real en Red Son.
7- Argentina entre el nazismo y la URSS
Un guión para Artkino, de Rodolfo Fogwill, fue escrita a fines de la década del setenta y publicada en 2008. La ucronía sucede en 1994, cuando Argentina es parte de una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que domina casi todo el mundo.El narrador es el secretario burócrata de la Asociación de Escritores. En esta Argentina socialista se lee Pravda, se fuma Papirosa y los automóviles son Ladas o Volgas. Pero no todas las costumbres locales se han perdido, ya que la rosca y la rencilla están intactas.
En su relato “La noche de al lado”, Sergio Gaut vel Hartman imagina un escenario inverso en el que el nazismo domina Argentina (y tal vez gran parte del mundo) y Hitler vuelve de un viaje a Alfa Centauri con un clon personal, mientras una serie de intrigas palaciegas del Reich victorioso buscan su reemplazo.
8- El hombre en el castillo – Philip K. Dick
Nuestro psicótico favorito de la ciencia ficción escribió El hombre en el castillo, una de las ucronías más famosas, proponiendo una historia en la que el Eje ganó la Segunda Guerra Mundial. La historia está ambientada en un Estados Unidos de los años 60 dominado por los japoneses. Dentro de este ambiente distópico se publica un libro, la novela prohibida La langosta se ha posado, que presenta una ficción ubicada en un universo alternativo donde los Aliados ganaron la Guerra. Philip K. Dick genera un artefacto, un “What if” con juego de espejos entre dos mundos (un esquizo-mundi), donde ficción y realidad son perspectivas de lecturas dentro y fuera de la obra.
9- La máquina diferencial – William Gibson y Bruce Sterling
Lord Byron sobrevivió a la guerra de independencia griega y llegó a ser Primer ministro a la cabeza de un Partido Industrial Radical que redefine la historia de la Inglaterra victoriana en un mundo en el que matemático Charles Babbage logró construir una máquina analítica operativa (a vapor) que adelanta el impacto de las tecnologías de la información al mundo pre-eléctrico.
El control de esta tecnología rupturista permite que el imperio británico se adelante al resto de los países del mundo, incluso evitando la aparición de los Estados Unidos, que apenas llegan a ser unos Estados Confederados mucho menos poderosos, que incluyen una comuna socialista en la isla de Manhatan a la que se mudó el mismísimo Karl Marx. Aventuras, tecnologías alternativas, intrigas y conspiraciónes políticas a granel en esta tremenda colaboración de los próceres del ciberpunk que funda el subgénero steampunk.
10- Tiempos de arroz y sal – Kim Stanley Robinson
¿En qué mundo viviríamos si la Peste Negra de mediados del 1300 hubiera diezmado Europa al punto del colapso civilizatorio? En ese mundo ucrónico, los polos de poder serían la China imperial y el Dar-el-Islam (una poderosa coalición musulmana), con algunos focos de resistencia en las ligas travancoríes de la India y en las tribus norteamericanas (Centro y Sud América no cortan ni pinchan desmasiado en esta historia universal alternativa).
Una saga de tono «realista» que aborda los hipotéticos conflictos políticos, militares, sociales y religiosos de un mundo que hoy podría ser completamente distinto, en una saga de diez libros que recorre cronológicamente siete siglos de historia alternativa. Mediante el recurso de la reencarnación, podremos acompañar a los personajes centrales, en sus a aventuras y desventuras en la Corte Imperial China, en un nuevo «descubrimiento» de América en el 1600, en una alianza entre ronins y tribus americanas contra la expansión China, en los Emiratos Suizos, etc. Ganadora del premio Locus en 2003 (el primer tomo se publicó en 2002), la saga garantiza horas de inmersión en una historia humana no determinada por la hegemonía europea y la conquista universal del mundo por el capitalismo.
11- El espejo humeante, de Eduardo Villacís
Es una novela gráfica y la recreación de una falsa puesta en museo con cuadros, esculturas y objetos artísticos, supuestas piezas históricas que dan cuenta de la expansión de la civilización azteca por Europa. El trabajo de este artista ecuatoriano explora qué habría pasado si los americanos hubieran conquistado el continente europeo. Imagina que Colón y su tripulación fueron capturados por los aztecas y tratados como inmigrantes ilegales, por lo que nunca se volvió a saber de ellos. La civilización azteca se quedó con los barcos, armas y mapas que los europeos habían usado. Con el tiempo, desarrollaron los suyos y emprendieron el viaje inverso, en pos del descubrimiento de Améxia (“lo que no es Mexico”). Habrían encontrado a la población europea diezmada por la peste negra y dominada por la Iglesia, que al verlos llegar ataviados con plumas que los hacían parecer seres alados y con barcos que parecían monstruos, creyó hallarse frente al apocalípsis y no ofreció resistencia.