Alejandro Chomski: «Todos somos Anna Blume»

Por Matías Carnevale

Matías Carnevale entrevistó a Alejandro Chomski a propósito de la filmación de El país de las últimas cosas, sobre la novela de Paul Auster editada en 1987, en la que su protagonista central, Anna Blume, lleva adelante la búsqueda de su hermano en un país enamorado de la muerte.

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La posproducción de una de las adaptaciones más esperadas de la literatura reciente avanza a pesar de las restricciones propias de la pandemia. Si en la novela de Auster las cosas que damos por sentadas se desvanecen en el aire, la economía se halla en un estado calamitoso y proliferan sectas de runners, nuestro presente distópico no es tan diferente. La ficción, una vez más, se anticipó a la realidad.

Por décadas, el cine universal ha preparado el camino con terribles visiones del apocalipsis: desde Los últimos días de Pompeya, film italiano de 1913, hasta el apogeo del cine catástrofe hollywoodense de los años setenta, con films como La aventura del Poseidón (1972) o Terremoto (1974), pasando por la ciencia ficción de El planeta de los simios (en todas sus versiones), La amenaza de Andrómeda (1971) o El último hombre vivo (The Omega Man, 1971). Chomski, responsable de otra adaptación de un texto fantástico, Dormir al sol, estrenada en 2012, reconoce haber echado mano a aquel cine al momento de filmar su versión de El país de las últimas cosas. Además, el director señala que, si bien la película transcurre en un lugar imaginario, la construcción del mundo ficcional del film debe mucho a la crisis argentina del 2001.

¿En qué etapa de la realización te encontró la cuarentena?

-Nos agarró justo en la mitad del proceso de sonido, de la música y del final de los efectos especiales.

-¿Ha cambiado en algo tu rutina de trabajo?

-Sí. Los chicos de sonido no se pueden reunir, los efectos no avanzan mucho porque vienen de República Dominicana, donde filmamos, y el virus también llegó allá (ni el Caribe se salva). Por suerte, la música avanza despacio a través de links que me manda Christian Basso, el músico, quien está haciendo un excelente trabajo junto a su hijo Valentín.

Fuera de lo estrictamente laboral, ¿cómo llevás el confinamiento? ¿Qué películas estás viendo? ¿Qué estás leyendo? ¿Qué estás escuchando?

-Llevo muy bien el confinamiento porque tengo a mi cachorro Leoncito de siete años la mitad de la semana y nos llevamos muy bien. Ayer jugamos al Gálaga en la Play, mi juego favorito de chiquito y en el que era bueno, porque al resto de los juegos de Play soy tan malo que León me llama hermanito menor. Pero en el Gálaga me destaqué y León les contó a todos sus amigos del cole sobre mi gran hazaña (en estos tiempos, mi búsqueda de reconocimiento se contenta con eso). Vi la serie Poco ortodoxa y está bien pero muy formateada y previsible, y los amigos secundarios con siempre buena onda me agotaron. Me interesó ver Curtiz en Netflix, sobre cómo se hizo Casablanca. Interesante reconstrucción, aunque falla mucho con la historia real, que es la siguiente: Billy Wilder esperaba sentado frente a Curtiz reunirse con Jack Warner y no le gustaba el guion que le había tocado y decidieron intercambiar, por eso Curtiz terminó dirigiendo Casablanca y no Wilder. Estoy por fin leyendo El Quijote, así que todos los días me siento el caballo de Sancho Panza trotando por la Mancha. Estuve escuchando un disco en vivo de Caetano Veloso y David Byrne grabado en el Carnegie Hall en 2005, muy lindo para cocinar. Está en Spotify. También viejos clásicos de Prince, a veces, para semi bailar.

En algún momento mencionaste que algunos colegas aportarían con ideas, consejos, etcétera, para la edición del film. ¿Lograste concretar eso?

-Sí, muchos colegas cineastas y amigos vieron los cortes y me dieron devoluciones interesantes, pues es muy fácil perder la perspectiva. Auster vio todos los cortes y hablamos como quince veces sobre escenas del film; por suerte quedó muy conforme con el resultado final.

Cuando la película esté terminada, ¿cómo sigue el proceso?

-Todavía no sabemos. La habíamos presentado en Cannes pero el festival se suspendió. Ahora uno de los productores habló con el director de San Sebastián y nos pidió con mucho interés ver la película. En España, el escritor más que más libros vende es Paul Auster y eso ayudará, eventualmente. Pero todo dependerá del avance de la pandemia. Por ahora me conformo con haber podido filmar, antes de que llegara el virus, esta parábola tan real con el mundo en el que vivimos hoy. Todos somos Anna Blume.