Viaje a las estrellas

Por Jorge Hardmeier / Fotos: @boidofotos.ph

A fines de noviembre se inauguró en el patio de la escuela de periodismo deportivo Deportea el mural de mosaicos «Tres Estrellas», obra de Marcelo Chiarello y Oscar Yiyo More, también autores de otro hermoso homenaje a la increíble atajada del Dibu Martínez en la final del Mundial 2022.

 

 

(…) mamita querida, ganaré dinero
seré un Maradona, un Kempes, un Olguín
dicen los muchachos del norte argentino
que tengo más tiro que el gran Bernabé.

A partir del 2020, el 25 de noviembre será recordado como aquel día en el cual un barrilete con la número diez adquirió finalmente dimensiones cósmicas. El tercer aniversario de la gambeta hacia la eternidad de Diego Maradona fue la fecha elegida por las autoridades de TEA Y DEPORTEA para inaugurar en su edificio de Lavalle 2083 el mural Tres Estrellas, una creación artística realizada con mosaicos por Marcelo Chiarello y Oscar Yiyo More.

Después de la obtención del Mundial en 2022, ellos mismos habían realizado en el barrio de Villa Luro la obra Bendito minuto 123, un homenaje a la atajada cósmica de Emiliano Dibu Martínez frente al francés Kolo Muani. Era la final, el tiempo se consumía y el milagro que hoy ya conocemos aconteció. Marcelo Chiarello, quien también construyó un museo sobre el Pelusa ahí por la República de Mataderos, comenta sobre el inicio del proyecto Tres Estrellas: “El mural lo hicimos a partir de Juamky Jurado, que nos hizo una nota por el mosaico del Dibu, para Telefé Contenidos. Apenas lo vio dijo «Tenemos que hacer algo para DEPORTEA», donde cumple el rol de docente. Eso fue en el mes de marzo, pasaron los meses y ya en agosto nos contactó nuevamente”.

Entonces se acordó el lugar para el emplazamiento del mural: una pared del patio de la escuela de periodismo deportivo. Kempes, Maradona, Messi. ¿No deberían haber sido los capitanes de cada uno de los mundiales ganados los retratados en la obra? Pasarella fue el capitán del 78 pero ellos quisieron hacer los tres números diez: Kempes, Diego y Messi. Decisión acertada.

Durante la inauguración, deambulan y charlan estudiantes y periodistas, también Lucho –reparador de pelotas e impulsor del mural con la atajada de Emiliano Martínez-, fotógrafos, los dos artistas y un señor muy particular: Fernando Signorini, el mítico preparador físico personal de Maradona, una suerte de pensador del futbol y filósofo existencialista. Charla con todos amablemente, se toma fotos y escucha a Chiarello: “El trabajo con Yiyo More fue como solemos hacerlo, somos socios y vecinos. Nos dividimos las partes: uno hace la cara de un jugador, otro la camiseta del otro y así vamos intercambiando. Y se sigue corrigiendo hasta el último día, hasta el empastinado. Siempre le ves algún defectito pero después todo marcha. El proceso fue un aprendizaje porque nos dimos cuenta de que teníamos que hacer las juntas más cerradas en los rostros. En este fuimos mejorando respecto al mosaico del Dibu. Y lo de Yiyo es para destacar, porque no pasó por ninguna escuela de mosaiquismo, que si bien aquí no hay sí existen seminarios y cursos. En Italia es una carrera universitaria».

«A Yiyo lo fui entrenado yo. No mezquinamos nada: colores, sombras, los rostros. Algunos trabajan con venecitas, que ya vienen las mallas predeterminadas: es mucho más fácil pero, me parece, no queda tan artístico. Hacen obras maravillosas, pero nosotros buscamos un sistema propio y nos da buenos resultados. No es fácil: un rostro es la parte más difícil del mosaiquismo. La mirada, la nariz, la boca, son determinantes. El mural lo llevamos armado a DEPORTEA, sobre una malla, en nueve tramos, tres por jugador: cara, fondo y camiseta”, sigue Chiarello.

Después narra una anécdota que prueba que D10S está en los detalles: “Cuando tuve que hacer la camiseta de Kempes, teníamos la camiseta, el escudo y el logo de Le Coq como referencias; el escudo era el mismo que tenía Diego en el 86, pero yo tengo la réplica de la camiseta número 19 con la que Diego debutó en la Bombonera con la Selección en 1976, dije: acá hay algo que está mal, y era el escudo que no era, porque en el 78 la camiseta era Adidas. Yo había hecho el logo de Le Coq, el del gallito, en la camiseta de Kempes y tuvimos que desarmarlo. Se lo pasé a Yiyo: arreglámelo porque me equivoqué”.

Al dúo fantástico los une más el amor que el espanto de la dictadura del dinero. “Cuando yo vendí esto, me preguntaron ‘¿A cuánto?’ y cuando lo conté la respuesta general fue ‘¡No! Te quedaste corto’. Al primero de los mosaicos nos lo pagaron con material y pusimos la mano de obra, en el segundo ganamos un poco y nos dijimos: ‘Quizá venga el tercero’. Y así es, porque nos contactaron de AFA para hacer algo parecido a este, tal vez con otras dimensiones. Estamos trabajando en el predio de Ezeiza”. Chiarello no puede disimular su amor por Diego: “Cada vez hay más mosaiquistas maradoneanos”. Es que el Pelusa es el gran tema de su arte. Vuele hasta las estrellas, barrilete cósmico.