Los nuevos apócrifos, de John Sladek (parte 4.3)

En esta nueva entrega de Los Nuevos Apócrifos. Guía de ciencias extrañas y creencias ocultistas, John Sladek se ocupa de recorrer la larga historia de trucos más o menos ingeniosos que se utilizaron para sustentar la teoría de la «percepción extrasensorial» y de la «psicokinesis». Hace algunas semanas comenzamos a reeditar esta joya originalmente aparecida en español en la revista argentina de ciencia ficción El Péndulo y esperamos completar el libro en 24 entregas.

Traducción: Carlos Gardini. Dibujos: Alfredo Grondona White. Transcripción: Pedro Perucca

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14 La percepción extrasensorial y el doctor Rhine

Los experimentos con percepción extrasensorial, o ESP*, se iniciaron hace casi un siglo, como parte del trabajo de la recién fundada Society for Psychical Research (SPR) o Sociedad de Estudios Psíquicos. Los primeros experimentos eran simples demostraciones. Un panel de científicos eminentes y funcionarios civiles de la SPR eran invitados a presenciar el espectáculo y redactar un informe. En su entusiasmo, estas buenas personas sólo tomaron los recaudos más torpes para impedir o detectar engaños. No es de extrañar que algunos de los casos más positivos resultaran fraudes. Así sucedió con los experimentos Smith-Blackburn de 1882-1892:

Smith estaba sentado a una mesa. Tenla los ojos tapados con algodón y cubiertos por un paño grueso y los oídos rellenos de algodón y masilla. Bajo la silla tenía gruesas alfombras para amortiguar la vibración. Por último, todo su cuerpo y la silla estaban envueltos en dos mantas gruesas.

A Blackburn, en el lado opuesto de la gran habitación, se le mostraba un complejo dibujo abstracto realizado por el comité. Se le permitía copiarlo varias veces, para que pudiera memorizarlo. Luego, sin hablar con Smith ni tocarlo, se paraba detrás de la silla de Smith. mientras el segundo dibujaba una copia de la figura. La copia era casi siempre perfecta.

Los integrantes del comité de la SPR estaban apabullados. Empezaron a citar este caso como prueba irrefutable de telepatía. Continuaban diciendo lo mismo después de 1908, cuando Blackburn admitió que todo era un fraude; y hasta 1911, cuando Blackburn explicó su método públicamente.

Mientras copiada el dibujo para memorizarlo, Blackburn hacía furtivamente una copia en papel de cigarrillo. Se lo ocultaba en la palma y la insertaba en la punta del lápiz. Cuando estaba lista. tropezaba con el borde de la alfombra cerca de Smith. A esta señal. Smith preguntaba “¿Dónde está mi lápiz?”, Blackburn dejaba su lápiz en la mesa, y Smith alargaba el brazo desde abajo de las mantas y lo recogía.

Bajo las mantas, Smith tenla oculta en las ropas una pizarra luminosa de espiritistas. Se levantaba la venda de un ojo, ponía el papel de cigarrillo en la pizarra y copiaba la figura.

La investigación seria de la ESP empezó realmente con la llegada del doctor Joseph Banks Rhine, un botánico, a la Universidad Duke (Durham, Carolina del Norte). La primera monografía del doctor Rhine sobre telepatía**, publicada en 1929, se relaciona con Lady Wonder, una yegua telepática perteneciente a la señora Claudia Fonda. Lady podía deletrear respuestas a diversas preguntas tocando con el hocico cubos con letras o números. Curiosamente, sólo conseguía hacerlo cuando la señora Fonda estaba cerca. En un momento de su investigación, Rhine pescó a la propietaria haciendo señas a Lady. Aun así, creía que Lady había poseído en un momento verdaderos poderes psíquicos, pero que misteriosamente se habían esfumado***.

En 1930 Rhine empezó a usar los hoy famosos “naipes ESP” con estos símbolos: cruz, círculos, cuadrado, estrella y líneas ondulantes. En sus experimentos generales sobre ESP, el mazo de veinticinco naipes (cinco de cada símbolo) se baraja y corta. El agente (A) mira luego cada naipe, sin mostrarlos al sujeto (S), quien trata de adivinar cuáles son. Un número elevado de respuestas correctas o “aciertos” puede indicar telepatía o clarividencia (“segunda visión”).

A. J. Linzmayer fue uno de los éxitos tempranos de Rhine. Sobre 4.505 naipes, Linzmayer hizo 1.212 aciertos. Por puro azar, tendría que haber hecho sólo 901. Para el profano el resultado puede no parecer espectacular, pero de hecho las probabilidades contra la posibilidad de un logro accidental son 17.000.000.000: 1.

Obviamente Linzmayer se valía de la ESP o se enteraba por medios normales de cuáles eran los naipes. Al principio Rhine sólo tomó las precauciones más toscas para prevenirse contra la segunda posibilidad. Linzmayer era sometido a pruebas en condiciones absurdas, pues simplemente le pedían que mirara por una ventana mientras Rhine barajaba los naipes. En cuanto las condiciones experimentales se volvieron más razonables, la habilidad extrasensorial de Linzmayer se esfumó misteriosamente. No obstante, Rhine creía en Linzmayer, tal como había creído en Lady Wonder. (1)

EL EXPERIMENTO PRATT-PEARCE

H. E. Pearce, estudiante de teología, y J. G. Pratt, egresado de psicología, realizaron un experimento “clásico” de ESP a larga distancia en 1933, en la Universidad Duke. Pratt se quedaba en su cuarto mientras Pearce cruzaba el campus para ir a la biblioteca (donde Pratt podía verlo entrar desde la ventana). Pratt usó dos mazos de naipes ESP, esta vez sin mirar las figuras, sino simplemente pasándolos uno por uno, boca abajo (era un experimento sobre clarividencia pura), comenzando a una hora acordada. Luego volvía los cincuenta naipes y tomaba nota del orden. En la biblioteca, Pearce presumiblemente tomaba nota de sus respuestas. Luego cada uno de ellos hacia una copia de sus notas, la lacraba y la entregaba en la oficina de Rhine, antes de reunirse para cotejar los resultados****. En 37 de esas sesiones. en tres de las cuales Rhine estuvo en el cuarto de Pratt actuando como observador, los dos estudiantes alcanzaron resultados significativos: 558 aciertos sobre 1.850 intentos. Las probabilidades de un resultado tan alto son más de 1012 (o 1 seguido por 12 ceros) contra 1.

También en este caso era obvio que no se trataba de una mera cuestión de azar. C. E. M. Hansel investigó la Universidad Duke y descubrió que para Pearce habría sido absolutamente fácil salir de la biblioteca durante el experimento, acercarse al cuarto de Pratt y observarlo mientras volvía los naipes para tomar nota del orden. El cuarto tenía una ventana clara que daba al corredor y un escotillón con un agujero situado justo encima de la mesa de Pratt, y Hansel descubrió que podía subirse a una silla en al corredor y atisbar por una hendija de la parte superior de la puerta para ver los naipes. (2)

Rhine y Pratt replicaron a esta objeción mencionando las tres sesiones en que Rhine estuvo en el cuarto. «El, como J. G. P. [Pratt) podía ver al sujeto desde la ventana cuando el segundo entraba en la biblioteca (y desde luego también podía verlo salir)». (3) Hansel luego preguntó como Rhine podía haber observado todo al mismo tiempo. Si miraba continuamente por la ventana para vigilar a Pearce. Pratt podía falsear sus anotaciones para indicar un resultado alto. Si observaba a Pearce, Pratt podía escabullirse de la biblioteca. Más aún, ningún informe sobre el experimento dice explícitamente que Rhine viera a Pratt entrando y saliendo de la biblioteca.

EL EXPERIMEN TO PRATT-WOODRUFF

Este complicado clásico estaba diseñado para eliminar ciertos trucos haciéndolo “doblemente ciego”. O sea, el experimentador (E) ignora las respuestas que dio el sujeto (S), mientras que S ignora los naipes. La figura 14-1 muestra las dos partes de la mesa utilizada, que estaba dividida por un tabique. En el lado de S, cinco “naipes clave” cuelgan de ganchos. Cada cual tiene uno de los símbolos ESP y E no sabe cuál es cuál. Debajo de ellos, en la mesa, hay cinco naipes en blanco (que también pueden ser cuadrados pintados) que indican sus posiciones. Una ranura en el pie del tabique permite a S y E ver estos blancos. Un tabique más pequeño, inclinado, impide a S ver lo que está haciendo E.

E baraja y corta un mazo ESP, manteniéndolo boca abajo. S se concentra en el naipe superior, e indica su respuesta señalando un blanco. Si piensa que es una cruz (+), señala el blanco debajo del naipe clave que tiene una cruz. E toma el naipe superior y lo pone frente al blanco indicado.

Cuando han terminado con el mazo. E debería tener cinco pilas de naipes frente a él. Ahora da vuelta cada pila y cuenta, consignando cuántos naipes de cada símbolo contiene. Un observador (O) ha estado sentado detrás de S, para cerciorarse de su honestidad. O registra las posiciones de los naipes clave suspendidos del tabique. E no ve lo que él asienta. Luego O y E juntan las respuestas consignadas y las guardan bajo llave. Ahora se coloca el tabique. Las tres personas anotan de nuevo las posiciones de los naipes clave, y el número de aciertos de cada pila.

Pratt y Rhine creían, que este sistema era a prueba de engaños. Obviamente S no podía ver el mazo, y probablemente E no podía ver las caras de los naipes que estaba manipulando, de modo que no podía hacer señas a S. Y como E apilaba las cartas según las indicaciones de S, sin saber cuál pila correspondía a cuál símbolo, no podía hacer trampas deslizando naipes a la pila “correcta”.

32 sujetos fueron sometidos a experimentación con este método. El resultado total, sobre 60.000 tentativas, fue de 12.489 aciertos. Aunque eso implica sólo 489 aciertos sobre el promedio, las posibilidades son de un millón contra una. En los resultados de uno de los sujetos las probabilidades eran de 20 millones contra una.

También aquí existe una deficiencia seria en el método, tal como se lo utiliza. Si E puede enterarse de la posición de sólo uno de los naipes clave, puede incrementar el número de aciertos. Hansel investigó esta posibilidad.

Descubrió que aunque los naipes clave están en diferente orden en cada experimento (se cambian cada 25 pruebas), sin duda es posible que E infiera las nuevas posiciones de uno o dos de ellos. Cuando se baja el tabique después de una prueba. E nota que el naipe clave de la posición 1 (la punta derecha o izquierda) es, por ejemplo, una cruz. Luego se prepara el tabique para la prueba siguiente. S u O cambian los naipes de posición. Pero E puede ver por sus movimientos en qué orden los ponen (izquierda a derecha o derecha a izquierda). Luego, a menos que los naipes clave se barajen antes de colocarlos de nuevo, E puede inferir que el primero o último naipe es la cruz.

E luego completa la prueba corno de costumbre, e inicia el recuento. En ese momento, ni S ni O pueden ver lo que está haciendo. Le resulta bastante fácil deslizar un par de naipes con cruces en la pila de las cruces sin que nadie lo advierta.

Puede parecer rebuscado, pero Hansel demostró con otro experimento utilizando el sistema de Duke, que este engaño es fácil de realizar. Encontró cinco métodos diversos por los cuales E podía determinar la posición de uno o más naipes clave. (4) Más aún, encontró un indicio estadístico de que esto podía haber ocurrido. Observó que en una típica prueba con resultados altos ciertos símbolos habían ocupado las posiciones 1 y 5 (las puntas del tabique) en la prueba anterior.

Es significativo que el sujeto que obtuvo el resultado inusitadamente alto mencionado anteriormente tuviera con los símbolos que previamente habían ocupado esas dos posiciones más aciertos de los que permitía prever el azar. Las probabilidades en contra de lograr ese resultado son 1011: 1. Esto nos deja sólo dos posibilidades: 1. Alguien hizo trampa. o 2. El sujeto demostró ESP, pero ESP con una tendencia peculiar, y esa tendencia casualmente guarda alguna relación con el único modo posible de hacer trampa.

Cuál de ambas cosas era podía haberse averiguado fácilmente, repitiendo el experimento con naipes clave barajados o dispuestos al azar. En cambio, durante cuarenta años los experimentadores de Duke han preferido la discusión a la experimentación.

MAS CLASICOS

El experimento Turner­Owenby fue un test de larga distancia realizado por Sarah Owenby, una ayudante egresada de Duke, y Frances May Turner, una estudiante. Turner actuaba como agente en el laboratorio de parapsicología de Duke, mientras Owenby recibía sus transmisiones a 400 kilómetros de distancia. Se utilizó una técnica de «telepatía pura», es decir que Turner simplemente pensaba un símbolo y lo anotaba, mientras Owenby consignaba sus respuestas. El plan consistía en enviar ambos registros directamente a Rhine.

Los primeros resultados fueron sorprendentes: 19 sobre 25 en la primera prueba (probabilidades en contra, 5.000 millones: 1). Pero Owenby no envió sus respuestas a Rhine sino a Turner, quien desde luego pudo limitarse a escribir un registro para que coincidiera. Rhine no tuvo en cuenta esta posibilidad.

Declaró que el registro estaba hecho inequívocamente con la letra y la tinta de la señorita Turner, y no se notaba ninguna alteración. Las notas que se escribieron bajo el registro eran inequívocamente de la señorita Turner. Lo cierto es que si hubiera que sospechar de una de estas dos excelentes jovencitas, habría que sospechar de ambas. (5)

Pero cuando Owenby envió los registros de nuevas pruebas directamente a Rhine, los resultados habían bajado a una cifra media.

El último clásico de Duke fue realizado por Lucien Warner y Mildred Raible. El sujeto estaba encerrado en un cuarto con un interruptor que controlaba una señal luminosa en otra parte, con la cual podía indicar que estaba preparado para adivinar otro naipe. Se realizaron diez pruebas con naipes ESP, en las cuales obtuvo 93 aciertos (43 más de las previstos por el azar). J. L. Kennedy (6) observó dos deficiencias en este experimento: primero, la duración de la señal luminosa podía variarse: de modo que el sujeto podía pedir símbolos específicos; segundo, algunos símbolos salían con mayor frecuencia que otros, lo cual sugiere que los naipes estaban o mal mezclados o manipulados.

NAIPES ESP

En Duke se utilizaron tres tipos de naipes. Ninguno era realmente satisfactorio para propósitos experimentales. Los primeros estaban cortados a mano de cartón para naipes. Probablemente eran de tamaño desigual, y difíciles de barajar apropiadamente. Los segundos eran naipes en blanco a los cuales se habían adherido los símbolos ESP. En 1936 R. H. Thouless examinó dos mazos y descubrió que podía leer los símbolos desde atrás.

El tercer tipo, impreso profesionalmente, también podía leerse desde atrás, un detalle descubierto por B. F. Skinner y otros. Además, a causa del modo en que se había impreso el dibujo del dorso, algunos naipes podían identificarse por los bordes.

Es asombroso, ante todo, que se hayan elegido naipes para la investigación ESP. Después de todo son el instrumento de los prestidigitadores y los fulleros; pueden marcarse y manipularse de muchas maneras tradicionales. En el mejor de los casos, barajar naipes es un modo deficiente de conseguir una distribución azarosa de símbolos. Sin embargo, cuando tuvo que hacer experimentos de psicokinesis (la capacidad de influir en los hechos físicos mediante el pensamiento), Rhine eligió otro viejo instrumento de los jugadores, los dados.

LA PK Y LOS DADOS

El gusto de Rhine por los acrónimos ha reducido psicokinesis a PK. Su investigación utilizaba dados, y los sujetos debían «obligarlos» a caer de una manera determinada. No sólo los dados pueden perforarse, rasparse, numerarse falsamente y manipularse, sino que los dados comunes a menudo muestran a la larga ciertas tendencias. Por esta razón los casinos cambian los dados frecuentemente, pero en Duke los sujetos continuaban buscando el mismo efecto con los mismos dados en largas pruebas experimentales. No es asombroso que la PK se manifestara en Duke pero en ninguna otra parte.

Pero cuando las pruebas continuaban y variaban, la PK se esfumaba. Rhine veía esto como un misterioso «efecto de declinación», pero más bien parece haber sido puro azar. Empezó por someter a grupos de personas a pruebas de PK. Luego seleccionaba a las que obtenían mejores resultados para nuevas pruebas. Naturalmente, a medida que la ley de los promedios se imponía, los resultados bajaban.

H. Forwald, del Instituto Federal Suizo de Tecnología, trató de calcular la «fuerza psíquica» necesaria para hacer que un dado resbale cierta distancia de costado mientras rebota en una superficie. Como Forwald parecía ignorar las fuerzas físicas comunes involucradas, sus resultados fueron poco realistas. En otras partes, otros intentaron acuñar experimentos PK, sin éxito.

Un experto norteamericano en dados sugirió que en vez de hacer que un sujeto PK se fatigara la psique tratando de mover dados durante miles de ensayos, serla mejor probar suerte con un test sencillo y concluyente: ¿por qué no hace que un sujeto tratara de mover una flecha delicadamente balanceada dentro de un recipiente al vacío? La fuerza requerida serla pequeña y los resultados irrefutables. Pero los experimentadores de PK han preferido ignorar este consejo y concentrarse en resultados estadísticos con dados (7).

Gardner describe un juego de Chicago en que el objetivo, como en los tests de PK, es lograr que cierto número salga con una frecuencia superior al promedio. Pero «las hojas de recuento, año tras año, muestran precisamente el porcentaje de resultados previsto por las leyes del azar». Si la PK funciona siquiera, parece que su fuerte no son los dados.

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Fuente: “Los Nuevos Apócrifos” (R) John Sladek. En El Péndulo Nro 6. Segunda Época, de enero de 1982, Se puede acceder a la versión original en PDF en este link.

* Extra-sensory perception. (N.de.T.)

** Las habilidades psíquicas suelen dividirse en cuatro categorías:

1. Telepatía, o transferencia de pensamiento.

2. Clarividencia, o «visión sin ojos», como para encontrar objetos perdidos.

3. Precognición, o conocimiento del futuro.

4. Psicokinesis, o capacidad para influir en un objeto físico con el mero pensamiento.

“ESP” generalmente alude al número 1, a veces a los números 2 o 3.

*** Lady Wonder vivió una vida larga y tal vez fructífera. En 1952, la policía hizo la prueba de pedirle que localizara el cuerpo de un niño desaparecido. Bergen Evans dice que la yegua respondió: «Molino de Agua Pittsfield». Pero no se encontró ningún cuerpo en el molino de agua Pittsfield. Entonces el jefe de policía cayó en la cuenta de que se trataba, como dice Evans, de un «error equinopsíquico o equivocación caballográfica» por «pozo de agua de Field y Wilde», una cantera abandonada cerca del hogar del niño. Allí se encontró el cuerpo. Que al jefe de policía no se le hubiera ocurrido buscarlo allí en primer lugar tal vez explica por qué necesitaba el asesoramiento de una yegua psíquica. (Evans, La huella de los aparecidos)

En 1956, un mago profesional llamado Milbourne Christopher encontró a la señora Fonda y Lady aún en la brecha. Sorprendió a la señora Fonda utilizando un truco escénico standard llamado «lectura de lápiz», o sea adivinar el número que una persona escribe por los movimientos del lápiz. Ella le dio un lápiz largo especial. Christopher fingió que escribía un número pero escribió otro. Lady Wonder «adivinó» equivocadamente el número indicado por el movimiento del lápiz (Gardner, Manías y falacias).

**** Pero en ningún informe sobre los experimentos hechos entre 1934 y 1940 se mencionan los duplicados de las notas en sobres lacrados.

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Notas bibliográficas

1 J . B. Rhine, Extra-Sensory Perception (Londres, Faber. 1935).

2 C. E. M. Hansel, ESP: A Critical Evaluation, pags. 162-5.

3 J. B. Rhine & J. G. Pratt, artículo en el Journal of Parapsychology, 1974: citado en Hansel, pág. 165.

4 Hansel, págs. 99-100.

5 Rhine, pág. 142.

6 J. L. Kennedy, artículo en Psychology Bulletin; citado en Hansel. pág. 100.

7 John Scarne & Clayton Rawson, Scarne on Dice, 1945: citado en Gardner, Fads and Falacies, pág. 307.

8 Gardner, Fads and Fallacies, pág . 307.