Vuelven las Pastillas Rojas de Marcelo Acevedo y el año empieza a mejorar. Esta #PastillaRoja propone un peligroso viaje a la Zona, el territorio mítico derivado de la novela de los hermanos Strugatsky, que luego sería genialmente traducida a imágenes por Andrei Tarkovski. Pero la Zona y sus misteriosos guías stalkers se expandieron hipersticionalmente, multiplicándose en sagas literarias, videojuegos y hasta territorios reales como Pripyat.
// por Marcelo Acevedo
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-En el año 1971 los hermanos Boris y Arkadi Strugatski escribieron la novela Пикник на обочине (Picnic Extraterreste / Picnic junto al camino) sin imaginar que con el correr de los años el oficio del protagonista de su libro se volvería no sólo de culto -sobre todo en la cultura pop-, sino que además se haría realidad a través del proceso de hiperstición. Habían nacido los Сталкер (Stalker), guías ilegales en ciudades radioactivas y mundos apocalípticos.
-En la novela de los Strugatski, publicada inicialmente por entregas en la revista Аврора de Leningrado en 1972, el paso de naves extraterrestres deja desperdigado (como en un post-picnic) basura alien, artefactos de cualidades insólitas y objetos anómalos potencialmente peligrosos en 6 sectores de nuestro planeta que se denominaron Zonas. Red Schuhart, el protagonista, es un stalker cuyo trabajo consiste en ingresar de forma ilegal a la Zonas y lidiar con fenómenos físicos inexplicables, anomalías y aberraciones, para recuperar estos artefactos y venderlos en el mercado negro. Entre los objetos míticos de la Zona se encuentra una esfera dorada que, se supone, puede hacer realidad cualquier deseo.
-Pero fue la película de culto Stalker (1979) de Andrei Tarkovski la que popularizó esta historia. Con guión de los hermanos Strugatski, narra el periplo de un stalker -el actor Aleksandr Kaydanovsky- quien viaja a través de la Zona, un espacio milagroso, extraño y post-apocalíptico que recibió una visita -en la película no se aclara si se trató de un meteorito o de “visitantes del abismo cósmico”- que cambió las características físicas y espaciotemporales del lugar, generando anomalías variadas y obligando al Gobierno tomar la decisión de rodear la Zona con seguridad militar, prohibiendo la entrada de cualquier civil, lo que hizo aparecer a los exploradores ilegales o stalkers.
-En la película no hay una bola dorada sino que se dice que en la Zona existe una habitación con el poder de cumplir cualquier deseo. El trabajo del stalker será guiar a dos personajes, llamados simplemente Escritor (Anatoli Solonitsyn) y Profesor (Nikolái Grinkó), hasta la misteriosa habitación. Escribe Mark Fisher en su libro Lo raro y lo espeluznante (2016): “Es una especie de experto autodidacta en la Zona, que guía a aquellos que quieran explorar este espacio traicionero y maravilloso. (…) En la película de Tarkovski, el stalker sigue siendo un renegado -algunas de las primeras escenas lo muestran pasando con sus cargamentos a través de verjas, puntos militares de control y bases armamentísticas-, pero sus motivaciones son de carácter más espiritual que materialista.”
-En la novela de ciencia ficción post-apocalíptica Metro 2033 (2005) del escritor Dmitry Glukhovsky -cuyas mayores influencias son Stalker (tanto la novela como la película) y el accidente nuclear de Chernobyl de 1986- los stalkers son héroes casi míticos, leyendas vivientes dignas de admiración: “En el Metro se llamaba ‘Stalkers’ a los temerarios que se atrevían a ascender a la superficie. Provistos de trajes aislantes, máscaras de respiración con los anteojos empañados, armados hasta los dientes, subían para proveerse de bienes que la comunidad necesitara: municiones, máquinas, piezas de recambio, sustancias inflamables. Las personas que se atrevían a subir se contaban por cientos, pero eran pocos los que regresaban con vida”.
-En 2007 se puso a la venta el videojuego S.T.A.L.K.E.R: Shadow Of Chernobyl, un FPS con una poderosa influencia de la novela de los hermanos Strugatski y la película de Tarkovski. Ambientado en el año 2012 en una Pripyat posnuclear, puntualmente en la central de Chernobyl y el sector llamado La Zona -un espacio plagado de mutantes, facciones de soldados antagonistas, animales mutados y otros monstruos radiactivos-, sus protagonistas son los stalkers que se dedican a buscar y vender objetos de poder llamados Artefactos, creados por las Anomalías que generó la explosión nuclear y que otorgan capacidades sobrehumanas a quienes los utilicen.
-¿Cómo hicieron los stalker para romper la barrera de la ficción y saltar a nuestra realidad? Los primeros exploradores urbanos de Prypiat -aventureros solitarios que entendían la exploración como un evento excitante y no como un negocio- comenzaron a proliferar cuando aún era completamente ilegal el acceso para civiles; pero no todos ingresan a la Zona por placer y diversión, sino que algunos también se dedican a contrabandear objetos radioactivos y otros llevan -pago mediante- a los turistas más osados por senderos ilegales y caminos prohibidos hasta ingresar a la ciudad abandonada, acercándose a lugares con alta radiación. Estos exploradores de la zona de exclusión comenzaron a llamarse a sí mismos stalkers.
-La web especializada en el medioambiente y la fauna de Chernobyl (Chornobyl.in.ua) asegura que Pripyat y Chernobyl están en plena transición a la categoría de cultura de masas (para reforzar la idea ahí está también la exitosa miniserie Chernóbil, de 2019). Luego explican que, por un lado, el interés en la Zona de Exclusión aumenta sobre todo gracias a las personas que, hastiadas de la rutina, buscan una aventura distinta y arriesgada y, por otro lado, que el incremento de los stalkers que se aventuran a la Zona de Exclusión nace del fuerte deseo de los jóvenes por sentirse «un verdadero stalker«, es decir, recorrer la Zona, pero ya no frente a la pantalla de la computadora y en la comodidad de su hogar, sino en la realidad.
-La sumatoria hype + supersticiones colectivas transformaron al Stalker y la Zona en hipersticiones. ¿Qué diferencia a Red, el stalker de Picnic extraterrestre, o al guía de la película Stalker de cualquiera de los stalkers “reales” que hoy, ya sea por dinero o placer, nos llevan de paseo por lugares prohibidos de Pripyat? ¿Acaso ambas “Zonas” –la de la de ficción y la de exclusión en Chernobyl- no son lugares que sufrieron un accidente nuclear/extraterrestre que modificó de forma significativa su fisonomía y las convirtió espacios prohibidos por sus efectos nocivos para la salud y custodiadas por militares, donde stalkers furtivos ingresan para guiar a los turistas o llevarse algún “souvenir” para vender en el mercado negro? Entonces ¿qué diferencia a ambas Zonas?