Discos conceptuales, ciencia ficción y un Gizzverso (II)

// Por Tulpa Valis

Después de una introducción genérica al maravilloso mundo de los discos conceptuales, ahora sí llegó el momento de zambullirse en el Gizzverso, el universo weird creciente y casi infinito que fue construyendo la banda australiana King Gizzard & The Lizard Wizard en discos y videos, que fans de todo el mundo contribuyen a explicar y enriquecer.

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La historia del rey y el lagarto

Algunas de las herramientas literarias que utiliza el guionista cinematográfico para contar una historia son el texto, la descripción y los diálogos, pero como el trabajo del director no es contar sino narrar, lo hace a través de la puesta de cámara, la fotografía, el tamaño de plano, el ritmo o el montaje. De la misma forma, los músicos pueden utilizar la letra de una canción para contar una historia, pero la manera de narrarla dependerá de sus  instrumentos y la pericia al momento de ejecutarlos. King Gizzard & The Lizard Wizard tomaron todas estas herramientas propias del músico, pero además le sumaron conceptos de la literatura, la narrativa gamer y el comic.

A través de estas y otras herramientas, como la creación de estructuras narrativas no lineales -y, por momentos, confusas- como piedra angular del relato, los conceptos extraños, los loops, la metareferencialidad y la utilización del arte de tapa, las ilustraciones y los videoclips como extensión de ese gran historia que aún siguen contando, parieron un universo animado, dinámico y mutante que vive en cada uno de sus discos conceptuales. De esa forma los King Gizzard generaron un lore[1] propio que se agranda y difunde gracias a los blogs, los canales de Youtube, la redes sociales y los foros de discusión que reúnen a los fans más obsesivos de su obra.

En pocas palabras: crearon  un “gizzverse” o gizzverso: el cosmos particular de King Gizzard & Lizard Wizard; un universo ficcional que se expande más allá de la música, un espacio colectivo al que no es tan sencillo ingresar ya que por momentos puede tomar la forma de un laberinto custodiado por Señores del Rayo, enfrentarnos con androides megalómanos o bestias alteradas, bifurcarse hacia mundos prehistóricos con fósiles vivientes o nidos de rata en las puertas del infierno u obligarnos a viajar a través del espacio profundo y a saltar entre multiversos en busca de secretos arcaicos.

Gizzverso

Los King Gizzard debutaron en el 2012 -luego de un par de Ep´s- con 12 Bar Cruise, un álbum lo-fi de garage crudo, lleno de fuzz y distorsión, con un tracklist de puras canciones cortitas y al palo. Es por eso que nadie esperaba aquel disco que publicaron un año después, su segundo larga duración titulado Eyes Like the Sky, una obra conceptual, un “audio book spaghetti western” narrado a través de hermosas canciones que mezclan la psicodelia, el surf rock y la banda sonora del western, con la voz guía de Broderick Smith -padre del armonicista de la banda- que utiliza la técnica spoken word (narración hablada sobre una base musical) para contarnos una historia de cowboys, forajidos, pistolas e “indios” en el lejano Oeste.  

Luego vendría otro disco de garage psicodélico (Float Alone – Fill Your Lungs, 2013) y un recopilatorio de sus primeras canciones (Oddments, 2014). Es a partir de este momento que deciden abrir la puerta del infinito para dejarnos entrar en su gizzverso.

La primera vez que noté una conexión entre los discos de King Gizzard fue cuando finalmente tuve en mis manos el vinilo de su  Nonagon Infinity (2016) y pude analizar con detalle el arte de tapa. A esa altura todavía seguía obsesionado con I´m In Your Mind Fuzz, su quinto disco, y me conocía la tapa de memoria con todos sus detalles: el castillo, la mano gigante, los rayos y la niebla, los fantasmas gemelos de capa roja y la inmensa montaña -más tarde me enteraría que la tapa es un completo rip off de la portada del videojuego de estrategia Fortress (1984) para la PC Commodore 64- por lo que enseguida noté la similitud estética entre la portada de ambos discos. Esas montañas de la locura que aparecen en el centro de Nonagon Infinity y I´m In Your Mind Fuzz, volverían a repetirse -aunque esta vez de forma grotesca- en otro álbum fundamental para el gizzverso: Murder Of The Universe o MOTU[2]. Pero de esa obra hablaremos más adelante.

Por ahora estamos en el momento exacto del big bang que dio inicio al gizzverso, y el álbum que abrió -apenitas, un atisbo- LA PUERTA y nos dejó acercarnos a espiar la locura por venir se llama  I´m In Your Mind Fuzz, una obra de hard rock garagero y psicodelia eléctrica exacerbada, por momentos excesiva, pero siempre estimulante. El disco, que abre con una suite compuesta por cuatro canciones llenas de guitarras distorsionadas, riffs esquizofrénicos y melodías hipnóticas que parecen controlar tu mente, es una suerte de anticipo, un recuento rápido y furioso que avisa que la historia que pretenden contarnos en los sucesivos álbumes será como ver una película de ciencia ficción weird en 3D (Cellophane) y por entregas, como cualquier relato pulp. Sus canciones nos hablan sobre vómitos y fallos en el sistema (Hot Water), la inminente llegada del apocalipsis (I am in heaven?), el mismísimo Satanás que nos espera en LA PUERTA (Satan Speds Up), y otras cuestiones que por el momento no entenderemos del todo, pero que ya nos quedarán más claras a medida que escuchemos sus siguientes discos.  

2015 es el año que eligieron para bajar un cambio y darnos un descanso de su habitual velocidad, distorsión y ruido con los discos Quarters y Paper Mache Dream Baloon. El primero es una obra conceptual compuesta por cuatro canciones de exactamente 10 minutos y 10 segundos de duración -cuatro cuartos- donde predominan el jazz fusión, la psicodelia y el progresivo; un álbum más cercano a Steely Dan que a los MC5. Paper Mache Dream Baloon, por su lado, es su disco no-conceptual con un concepto: todas las canciones fueron grabadas en una granja, sin instrumentos eléctricos; solo guitarras acústicas, flauta, contrabajo, violín, armónica, batería y clarinete. Para muchos fans este álbum, al igual que Quarters, está por fuera del gizzverso. Y tal vez en líneas generales así sea, sin embargo no podemos soslayar que la quinta canción se titula Trapdoor -un tipo de puerta que se conoce en español como “trampilla”- y en su letra advierte que lo peor que nos puede pasar es que se abra cierta puerta de un castillo (“¡La trampilla es una trampa! Y todos saben lo que hay debajo de la puerta, y todos hacen grandes esfuerzos, seguro, para esconderse y mantener a la bestia a raya”) y ya veremos la importancia que tienen los castillos, las puertas y las bestias en esta saga.

Una puerta que no debió ser abierta

No es un trabajo sencillo explicar ni resumir de qué se trata esta gran saga que aún nos están contando a través de su música y que a muchos nos tiene fascinado. No hay un argumento claro y directo a seguir. Su narrativa no es lineal, y para colmo está llena de metamensajes, señales, signos, símbolos, easter-eggs e ideas encriptadas. Tampoco hay un orden cronológico específico en el que deban ser escuchados los discos para comprender el relato en su totalidad. Digamos que todo está muy abierto a la interpretación del escucha/lector, lo que transforma al gizzverso en una hiperficción explorativa, una especie de “elige tu propia aventura” en versión álbum conceptual, con varios caminos pero sin un final (por ahora). Digamos también que lo  que yo vaya a contar en esta nota es sólo mi interpretación, que no es ni correcta, ni incorrecta: simplemente es mía.

En lo que sin dudas todos estaremos de acuerdo es que, a grandes rasgos, se trata de un gran relato épico de ciencia ficción weird, con toques de fantasía oscura, terror y aventura. Más de género no se consigue.

Si I´m In Your Mind Fuzz es el disco que abre este gran relato, Nonagon Infinity es el centro neurálgico de la historia. Se trata de un álbum infinito que termina de forma abrupta, como si la última canción (Road Train) estuviese cortada de forma random, pero en realidad se corta en el punto exacto donde empieza la primera canción (Robot Stop), lo que transforma al disco en un loop eterno y cerrado.

La primera frase que se oye apenas arranca Robot Stop es “Nonagon Infinity opens the Door” (El Nonágono Infinito[3] abre LA PUERTA”), una frase que se escuchará a lo largo de varios canciones e incluso discos. Esta idea del Nonágono Infinito -que tiene una similitud extrema con el nonágono que puede verse pintado sobre la mesa en la última escena de la película Holy Mountain (1973), de Alejandro Jodorowsky- como símbolo y llave utilizada para abrir una PUERTA que traerá el apocalipsis, es la base de todo este gran relato.  

Las canciones del disco cuentan batallas entre cyborgs y avispas gigantes (Robot Stop / Big Fig Wasp), peripecias cósmicas de ancianos sabios -con estética a lo Gandalf- que viajan en naves espaciales y abren LA PUERTA utilizando sus cuchillos gama en una extraño ritual para activar el Nonagon Infinity en su búsqueda del secreto de la inmortalidad (Gamma-Knife / Invisible face)[4], una batalla apocalíptica entre la Gente-Buitre, un robot, una avispa  y un loco con poderes mágicos donde se habla de un Dios que está pronto a llegar y la “audiencia final” está cerca (People-Vultures), bestias fantásticas y temibles como murciélagos de dieciséis ojos con sed de sangre, lobos con látigos y cabras con guillotinas azotan al mundo (Wah-Wah), y una puerta en forma de “vórtice que se abre” desde donde surge el engendro de Satanás hecho de “acero y negro” para traer dolor a nuestro mundo (Road Train). Las últimas palabras de la última canción del disco son “Nonágono Infinito ¡Está viniendo!”, y esta empalma directamente con la primera canción que empieza diciendo “El Nonágono infinito abre la puerta”[5].

Para 2017 la banda se propuso un desafío peculiar y nada fácil: publicar cinco discos antes de que se termine el año. Arrancaron en febrero con Flying Microtonal Banana, un disco experimental para el que modificaron sus guitarras para conseguir escalas microtonales -intervalos musicales menores a un semitono-, con claros tintes krautrockeros (canciones como Rattlesnake, Open Water y Sleep Drifter no desentonarían en ningún disco publicado en los años 70 de los alemanes Neu!); y en lo concerniente al Gizzverse se describe la situación del mundo luego del apocalipsis narrado en Nonagon Infinity: un wasteland lleno de serpientes mortales, rayos asesinos (Rattlesnake), un planeta Tierra fundiéndose (Melting), lleno de aire tóxico y ciudades condenadas (Doom City), todos con el aliento cargado de partículas, sobreviviendo entre fusiones nucleares y radiación (Nuclear Fusion).

El siguiente disco aparece en junio y se trata del tercero en la trilogía fundamental del gizzverso -los otros son I´m In your Mind Fuzz y Nonagon Infinity-: MOTU o Murder of the Universe. Dentro de este álbum conceptual se desarrolla la batalla final entre las fuerzas cósmicas en pugna y se define el destino del universo entero. Recurren una vez más al spoken word -los dos primeros actos a cargo de la cantautora australiana Leah Senior y en el tercero utilizan la voz “Uk, Charles” de una aplicación de texto a voz llamada NaturalReader- para darle densidad y consistencia a la narración, y regresan al estilo que los hizo conocidos: velocidad, electricidad, noise y esquizofrenia polirrítmica. A estos tres discos los hermana no sólo la temática, sino también la estética y la música[6].

Murder Of The Universe es la historia de un mundo nuevo después del apocalipsis, un mundo alterado. Cuenta el desarrollo de la batalla final y la destrucción del universo en 3 actos:

1-The Tale of the Altered Beast (El cuento de la Bestia Alterada)[7], canciones 1 a 9: Es la historia de un hombre perseguido por una Bestia Alterada, un híbrido místico-humano-bestia. El ser humano comienza a tentarse con la idea de ser alterado, hasta que finalmente acepta su destino, se fusiona con la Bestia y juntos forman un nuevo y más poderosa híbrido. Pero este nuevo ser, al contener dos conciencias en un solo organismo, pierde la noción de identidad y muere a causa de la locura.

2- The Lord of Lightning vs. Balrog (El señor del Rayo vs. Balrog), canciones 10 a 15: Relata el enfrentamiento entre dos seres ultra poderosos y las consecuencias que esto trae para los habitantes de este mundo. El Balrog, nacido por error, es derrotado por El señor del Rayo después de una devastadora batalla, y el vencedor decide marcharse y dejar a su pueblo en paz. Cabe destacar que los balrogs son poderosos demonios de la mitología tolkeniana y, si tenemos en cuenta la forma en la que Gandalf derrota al Balrog -una batalla memorable que comienza en The Fellowship of the Ring (2001) cuyo desenlace se muestra en The Two Towers (2002), en la que podemos ver cómo el mago carga su espada con un rayo y luego atraviesa al Balrog con esa misma arma- no es extraño que el ser que derrota al Balrog en Murder of the Universe se llame El Señor del Rayo. En esta sección del disco no sólo se repite el mantra “El Nonágono infinito abre la puerta”, sino que además su videoclip oficial[8] comienza con imágenes de un televisor antiguo rodeado de velas que muestra imágenes del video de la canción People-Vultures, de Nonagon Infinity.

3-Han-Tyumi & The Murder of the Universe (Han-Tyumi & El Asesinato del Universo), canciones 15  a 21: Se cuentan visiones de un futuro alterado donde el hombre se ha fusionado con la máquina dando paso al poshumano y, por último, a la singularidad tecnológica[9]: “Bienvenido a un futuro alterado, lúgubre. Convertimos nuestros cuerpos en computadora, toda la blancura se vuelve gris a medida que el negro digital se establece. Nos hemos hundido en nuestra ilusión, hemos creado una confusión colosal. Soy la palabra del último humano, Ilusión, confusión. Los últimos en nacer de la carne de un útero. Una vida miserable en este lugar alterado”.

El protagonista de este tercer y último acto es un cyborg llamado Hun-Tyumi -anagrama de humanity a humanidad-, nacido (“si es que podemos llamarlo así”) en un mundo digital denso y negro -¿se acuerdan del engendro de Satanás hecho de “acero y negro que viene a traer el dolor” que se anticipaba en la canción Road Train de Nonagon Infinity?-, que toma consciencia de sí mismo y, confundido, quiere recuperar su humanidad. Entonces decide luchar para conseguir aquello que un cyborg no puede hacer pero un humano sí: vomitar y morir. (“Quiero las nauseas, quiero estar enfermo, quiero hacer un desastre, quiero el olor, quiero el espectáculo, me gustaría morir”, se lamenta Hun-Tyumi). Para ello dota de vida a una criatura híbrida sensible a la que bautiza Soy-Protein Munt Machine, mezcla de acero y proteína de soja, nacida de un tubo de ensayo, cuyo único propósito es vomitar. “Soy tu padre”, le dice,  “Soy tu dios, y tú la magia que conjuro». Pero la criatura no lo ama, no lo obedece, es blasfema (“Estoy cubierto de vómito, estoy cubierto de enfermedad, no tengo nombre ni lugar, esta no es manera de vivir”) y eso enloquece a Hun-Tyumi que, en un acto de desesperación se fusiona con su creación, en una nueva máquina que pierde el control por completo, estallando en un vómito infinito que lo cubre todo y asesina al universo:

“Soy cada uno y cada cero
Estoy sobrealimentado, vomitando llamas
Soy gravedad, expansión
Soy un agujero negro cagando en el vacío
El fondo cósmico de microondas se vuelve transparente
Soy energía oscura acelerando, multiverso, entrelazamiento
El tiempo está enfermo
Densidad critica, contracción, singularidad
Todo y nada. Vida y muerte
Asesinato del universo”

Aftermath

¿Así acaba el gizzverso, no con una gran explosión sino con el asesinato del propio universo a causa del vómito cósmico de Hun-Tyumi?

No, por supuesto. Aún quedaban tres álbumes por publicar para cumplir su reto de cinco en un año. Y el gizzverso se expande a través de los siguientes discos, aunque que lo que cambia por completo es el estilo musical en cada uno de ellos: Sketches of Brunswick East, publicado en agosto, es un disco de jazz psicodélico grabado en colaboración con la banda Mild High Club, un cambio de tono total, improvisación y jam. Siguen ampliando el gizzverse en al menos 4 canciones que parecen relatar el mundo post “asesinato” del universo: Countdown, D-Day (que es instrumental, pero su título hace referencia al día de la batalla), The Book y Tezeta, donde puede oírse la voz robótica de Hun-Tyumi que se define a sí mismo como “verdadera perspectiva. Todo lo que vive y muere” y sostiene esta conversación con un muchacho:

-Chaboncito: ¿Eres Dios?
-Hun-Tyumi: Soy lo que soy. ¿Te acuerdas ahora?
-Chaboncito: ¿Qué? (Sí, ahora recuerdo)
-Hun-Tyumi: Este es mi plan alterado.

Bestia alterada, futuro alterado, plan alterado. Gizzverso.

En noviembre publican su cuarto disco del 2017 titulado Polygondwanaland[10], una obra conceptual de rock progresivo psicodélico o “acid prog”, pero con un sonido menos saturado que al que nos tenían acostumbrados: voces más limpias, cantidad de sintetizadores y la vuelta al recurso del spoken word en la voz de Leah Senior para narrar una historia de fantasía al estilo medieval con toques de misticismo y sci-fi, dividida en 3 actos -no tan evidentes como en MOTU– que juntos forman un relato increíble que engorda aún más el gizzverso.

Se trata de un viaje épico, una peregrinación hacia el centro del universo en busca de una “tierra prometida” llamada Polygondwanalad, aunque lo que encuentran al llegar allí son dunas, junglas espeluznantes y animales prehistóricos[11].

Más adelante, mucho tiempo después de la llegada de los viajeros y con la conformación de una nueva civilización regida por un tirano, un grupo de conspiradores clandestinos planea matar al rey para librarse de su yugo, pero este líder megalómano se entera de los planes ocultos de los revolucionarios y les da caza uno por uno. El intento de derrocar al tirano falla y los “subversivos” son castigados de distintas y violentas formas. Pero uno de estos rebeldes logra escapar y, luego de vagar por el desierto, conoce a un místico ciego que le enseña los secretos de la Tetracromancia -habilidad de alcanzar el tetracromatismo[12]– y de esa forma logra ver el “color debajo del azul”, el inconcebible Cuarto Color. Al dominar la tetracromancia consigue observar la realidad última, la cuarta dimensión… en otras palabras, trasciende y se convierte en un Dios: “Veo el cuarto color, he vuelto a nacer, veo la luz, está en mi cara, analizo información, ahora soy un Dios”, dice este rebelde que regresa con lo suyos, pero ya no como un outsider perseguido por la ley sino como una nueva deidad.

Y para quienes hayan adquirido Polygondwanaland en formato LP Vinilo hay una sorpresa más: en los últimos segundos del álbumse oye a Hun-Tyumi decir “hello” con su característica voz metálica, dando un cierre enigmático al disco. Es exactamente el mismo “hello” que se escucha al inicio de la canción “Hun-Tyumi, The Confused Cyborg” del disco MOTU[13].

Finalmente llega el 31 de diciembre, se termina el 2017 y parece que la banda no va a poder superar el reto propuesto a principios de año. Sin embargo ese mismo día aparece Gumboot soup, un disco ecléctico, no conceptual y el único de los cinco que, en principio, no tendría ningún tipo de relación con el gizzverso.

En 2019, y después de un año entero sin grabar -una eternidad si tenemos en cuenta lo que habían hecho en 2017-, los Gizzard publican Fishing For Fishies, un álbum de boggie-rock eléctrico y blues psicodélico que poco o nada tiene que ver con el estilo musical de sus discos anteriores. Se trata de una obra conceptual cuyas temáticas giran en torno al anti-especismo, el ecologismo y el vegetarianismo y, a pesar de que la primera mitad del disco no parece tener relación directa con el gizzverso (más allá de que Hum-Tyumi aparece dibujado en la tapa), en los últimos dos tracks se revela la relación directa con su mitología: hacia la mitad de Acarine da la sensación de que una máquina de repente se hace con el control del tema y convierte un boggie rock clásico en una canción de música electrónica oscura; el disco -ahora definitivamente controlado por la máquina- cierra con Cyboogie, una canción electrónica compuesta a base de 5 sintetizadores y con voces robóticas, como si el mismísimo Hun-Tyumi se hubiese apoderado del álbum en su tramo final.

La letra de este último track relata el proceso de transformación de humano a máquina, y si se escuchan los últimos 50 segundos de esta canción -el outro del disco- en reversa, puede oírse un claro mensaje encriptado: “Existieron durante 200 mil años. Su apéndice estaba bailando. Salieron de África bailando. Ahora las estrellas miran sus siluetas. Sal, baila con el diablo. Cyboogie… cyboogie…”.

Weird concept rock

King Gizzard & The Lizard Wizard es la banda sonora de la weird fiction. Sus canciones son contenedores para entidades cósmicas y deidades asesinas de universos, sus letras portadoras de magia oscura y portales de un gótico extraño con esos clásicos castillos que se derrumban y sus particulares monstruos de Frankenstein en forma de humanos transfigurados en Bestias Alteradas, Gente-Avispa o androides de proteína de soja; sus discos cuentan batallas entre Balrogs tolkenianos y Señores del Rayo o avispas gigantes contra robots conscientes, donde el terror y la fantasía se cruzan con la ciencia ficción y la space opera bizarra, entre cyborgs, transhumanismo, apocalipsis de vómito y singularidad. La grotesca portada de Murder of the Universe podría representar a cualquiera de esas entidades amorfas e inenarrables que pueblan los relatos lovecraftianos.

King Gizzard es una banda que a diferencia de, por ejemplo, Coheed and Cambria -que también utilizan la ciencia ficción como base para las historias de sus discos conceptuales-, tiene mucho sentido del humor pop y lo plasma sobre todo en la estética de los videoclips y el arte de sus discos. Digamos que no se toman demasiado en serio y huyen despavoridos de la solemnidad.

En su imprescindible ensayo de 2016 titulado Lo raro y lo espeluznante, Mark Fisher argumenta: “Como en lo raro, lo grotesco nos habla de algo que está fuera de lugar. La respuesta a la aparición de un objeto grotesco podrá ser tanto la risa como la repulsión y, en su estudio de lo grotesco, Philip Thomson afirma que lo grotesco suele caracterizarse por la cohabitación de lo risible y lo que no es compatible con la risa. Esta capacidad de dar risa significa que quizá lo grotesco pueda entenderse mejor como una forma particular de lo raro. Es difícil pensar en un objeto grotesco que no se pueda clasificar también como raro, aunque también hay fenómenos raros que no producen risa -como, por ejemplo, las historias de Lovecraft, cuyo humor es siempre contingente-”.  Al igual que las letras de los ingleses The Fall, una banda rara y grotesca según el análisis de Fisher, King Gizzard también suele utilizar metáforas incomprensibles o conceptos surreales en sus canciones: “Atrae a los espectros al claro empapado de cerveza”, “Alma de manteca falsa, hecha de goma”, “Soy un agujero negro cagando en el vacío”, son algunas de las imágenes extrañas que abundan en los relatos de los australianos.

“Huelga decir que no se parece en nada a un personaje ‘bien acabado’, sino que es más bien el portador de un mito, un lazo intertextual entre fragmentos pulp”[14], escribe Fisher para referirse a un personaje creado por Mark. E. Smith, pero es como si estuviera describiendo a la perfección a  Hun-Tyumi, el link más poderosos entre cada disco conceptual que forma parte del gizzverso.

Infestar el nido de las ratas

Tan sólo cuatro meses después de la publicación de Fishing For Fishies sale a la luz Infest The Rats’ Nest, el decimoquinto álbum de King Gizzard, una obra conceptual -mucho más clara y menos ambigua que las anteriores- que, en principio, no parece tener ninguna relación con la gran historia que fueron armando a través de sus discos. Podría ser el inicio de una nueva saga dentro del gizzverso o puede que en los próximos discos se aclare su relación con el Nonágono Infinito, Hun-Tyumi y el asesinato del universo. 

Lo cierto por ahora es que los Gizzard volvieron a romper su propio molde al dejar de lado el progresivo y la psicodelia e incursionar de lleno en el metal -sobre todo el trash, el doom y el stoner- para narrar otra historia épica de pura ciencia ficción divida en dos actos:

-1er acto: Mars for the Privileged. La civilización está al borde del colapso, la negligencia y falta consciencia de nuestra especie transformó al mundo en un páramo inhabitable: los bosques están desertificados, el agua contaminada, hay tsunamis y tornados constantes, superbacterias imparables, granjeros de órganos que mezclan metal y carne para modificar los cuerpos de los humanos con órganos cultivados. No existe otra opción más que el éxodo de la población al espacio exterior, el único camino es la aclimatación de otro planeta y su colonización, pero para la clase obrera no hay “Planeta B” donde escapar. Marte está siendo terraformado lentamente, aunque a sólo será accesible para los ricos. Los pobres nunca podrán pagar su boleto al planeta rojo y, aunque pudiesen, tampoco serían aceptados en ese lugar copado por la clase privilegiada. A “la negrada” no le queda más que la Tierra moribunda[15].

-2do acto: Space is the place for the human race. La segunda mitad del disco tiene claras influencias del cine de ciencia ficción espacial, en particular de las películas de sci-fi y horror cósmico Event Horizon (Paul W. S. Anderson, 1997) y Sunshine (Danny Boyle, 2007). Sin ir más lejos, la trilogía de canciones Venusian 1, Perihelion y Venusian 2 relatan una secuencia que tiene varias similitudes con la trama de estas películas: Una tripulación de avanzada de ciudadanos de clase baja que quedaron varados en la Tierra parte a bordo de una nave construida con desperdicios y chatarra (la Venusia 1), en un periplo interestelar en busca de la salvación de la raza humana. Su misión es llegar hasta Venus y para lograrlo utillizarán la gravedad del Sol (“dador de vida y dador de velocidad”) para que los “empuje” hasta su destino. Pero cuando atraviesan el perihelio -el punto más cercano de un cuerpo celeste alrededor del Sol-, quedan completamente embelesados por la belleza resplandeciente del astro dorado al cual ven como a un Dios devorador de pecados y son consumidos por su calor para finalmente explotar entre llamaradas solares[16].

Pero los últimos humanos no se rinden, envían al espacio la Venusian 2[17] (“Puede ser un barco que se hunde, pero la fortuna favorece la valentía”) y esta vez, luego de un terrible periplo en el espacio, logran llegar a Venus. El problema es que una vez ahí comienzan a volverse locos, contraen una es especie de virus extraterrestre o enfermedad venusiana, una psicosis que los hace sentirse esclavos del fuego, amantes del calor extremo dispuestos a auto-inmolarse por su nuevo Dios. Están en el infierno y les encanta.

“El Anticristo me ha tentado con un propósito” cuenta el narrador en la última canción titulada Hell. Es el propio Satánas, según estos humanos afectados por el virus venusiano, quien les señala el nido de las ratas y les indica que deben atacar e infestarlo mientras les repite como un mantra hipnótico: “Recuerden donde entrar, la puerta del infierno es ámbar”. Pensaban que iban a morir abrasados por el fuego venusiano, pero ahora están bajo las órdenes de Satanás -posiblemente contra su voluntad- y, en un final totalmente épico y oscuro, se lanzan a cruzar las puertas del infierno para infestar el nido de las ratas al grito de “¡El infierno es el lugar donde quiero estar!”.

¿Son los King Gizzard viajeros del tiempo, saltadores de mundos, bardos del Universo Asesinado que pudieron escapar y llegaron hasta nuestro mundo para contar su historia?

Parece difícil de probar. Por ahora digamos que son uno de los mejores grupos de rock de la última década, pero también un vehículo musical que canaliza relatos de género y los difunde entre sus oyentes. Son trovadores modernos que usan la guitarra eléctrica para contar historias de género, pulp, pop. Construyen mundos de fantasía y ciencia ficción utilizando la música como soporte y el lore como vehículo, dando lugar a una expansión infinita del relato a través de la libre interpretación de cada gizzversista. La banda pone en movimiento el imaginario ficcional, propone escenarios, delinea la estética general y entrega fragmentos de su gran relato épico para que cada escucha las utilice a su gusto. Cada teoría que aparece en el océano de internet le agrega una nueva capa al gizzverso, suma otro nivel en un universo que está asentado sobre una narrativa fragmentada en un orden que por momentos parece aleatorio pero que en realidad es un gran rompecabezas que se puede armar a través de las especulaciones y las hipótesis nacidas de la febril imaginación pareidólica y apofénica de los fans.

Esta es una historia que claramente se le fue de las manos a la banda. Ya no le pertenece. Porque al gizzverso lo construimos entre todos.


[1] El lore según el diccionario de Oxford es el “cuerpo de tradiciones y conocimiento de un tema o perteneciente a un grupo concreto, típicamente transmitido de persona a persona a través de la palabra hablada”. Este concepto también se aplica al campo de los videojuegos y se utiliza para agrupar el conjunto de datos, referencias, hipótesis, teorías y mitos que ofrece el juego -a veces de forma directa y muchas otras de forma críptica- pero también que nacen del intercambio de información y la discusión entre la comunidad gamer, que busca darle una forma más clara y coherente al trasfondo de los personajes y la trama general del juego.

[2] Es destacable la similitud de las siglas del álbum Murder of the Universe con las de Masters Of The Universe, la legendaria serie de He-Man, también abreviada como MOTU. Y no sólo eso, sino que el castillo sobre la montaña llena de rayos de I’m in Your Mind Fuzz recuerda al castillo Grayskull de He-Man y los rayos que invocaba cuando levantaba su espada. Estás similitudes no son casuales en una banda que tiene la cultura pop impregnada en su ADN.

[3] Es posible que el Nonágon Infinito no sea más que un simple pero necesario MacGuffin.  

[4] Sobre la narrativa no lineal: Gamma Knife cuenta la forma en que siete personajes abren LA PUERTA utilizando el Nonagon Infinito, pero recién cuatro canciones más adelante (Invisible Face) se explica quiénes son esos personajes, cómo consiguieron el Nonagon Infinito y de qué forma llegaron hasta ahí.

[5] Muchas de estas cuestiones se entienden buceando en el lore del gizzverso, sobre todo analizando los videoclips, que son imprescindibles para una mejor comprensión de toda la historia.

[6] La misma melodía de flauta suena en Hot water de I´m In Your Mind Fuzz y al final de la canción Balrog en el segundo acto de MOTU. También en Robot Stop de Nonagon Infinity, pero ahí suena a través de la guitarra eléctrica.

[7] Altered beast: videojuego de 1988 de la empresa Sega. Su creador es Makoto Uchida, autor también del clásico videojuego de espadas y hechicería en un ambienta de fantasía épica medieval Golden Axe (Sega 1989). Ambos son del estilo Beat’em up.

[8] Los videoclips son fundamentales para comprender la historia general del gizzverso. Expanden con imágenes lo que sugieren las letras y están llenos de mensajes y códigos secretos. Esta es una recopilación de varios videoclips conectados,  reunidos en un solo video por algún fan, y es un excelente ejemplo a grosso modo: https://www.youtube.com/watch?v=0rXwufFoJYw&t=2883s

[9] Singularidad tecnológica: Según la ley de Moore (1965) la capacidad de la computación crece de forma exponencial -cada 24 meses se duplica la cantidad de transistores en un microprocesador- lo que implica que también se abarata la tecnología. A partir de esta ley nace el concepto de Singularidad Tecnológica, cuya hipótesis indica que si seguimos a este ritmo de progreso tecnológico entraremos en un punto de no retorno en el que la Inteligencia Artificial llegará a tal nivel de complejidad que será capaz de autoreplicarse y automejorarse de forma recursiva hasta superar a los seres humanos, tanto física como intelectualmente.

[10] Como dato de color: la banda decidió no editar ni vender el disco que fue lanzado con código abierto, es decir, subieron a la red los masters de audio para que pueda ser utilizado por cualquiera persona de forma libre y gratuita. Luego de ser editado y vendido por 90 sellos alrededor del mundo en casi 200 versiones diferentes, finalmente decidieron editar un vinilo oficial a través de su sello discográfico Fightless Records.

[11] Se conoce como Gondwana al bloque de continentes meridionales que durante el periodo Jurásico y Cretácico se separó del supercontinente llamado Pangea, que unificaba todas las tierra emergidas en el Planeta al final de la era paleozoica y comienzas de la mesozoica.

[12] Dentro de la retina del ojo hay tres tipos de conos de células sensibles a la luz, pero también existen personas que, debito a una mutación genética en el desarrollo de la retina, tienen un cuarto cono con el que pueden percibir diferentes variaciones para cada uno de los colores que percibe un ojo normal. A esa “habilidad especial” se la llama tetracromatismo.

[13] Polygondwanaland retoma algunas temáticas sembradas en el resto de la discografía de la banda -en la última canción de MOTU Hun-Tyumi dice: “Soy una sopa nociva que llena valles con torrentes de vómito, los castillos se desmoronan en derrumbes y yo mastico los escombros”, y la canción que abre este disco (Crumbling Castle) dice en sus primeras estrofas: “¿Estamos a salvo en nuestra ciudadela? Mira nuestra condición, el castillo se desmorona. No creerías de dónde soy, rezamos por la muerte que no viene, incluso hemos hecho nuestros últimos ritos, el castillo se desmorona”. Se trata de una especie de spin-off de Murder of the Universe que sucede en paralelo a su tercer acto. En varias canciones de Polygondwanaland se hace referencia al “agua” que se está levantando en olas para desmoronar el castillo, que es “espesa y verde”, como un vómito.  El castillo volador de la canción Castle in the Air es un nave espacial en la que buscan escapar del vómito de Hun-Tyumi que va a asesinar al universo, pero en lugar de viajar en el espacio viajan en el tiempo, por eso llegan a una tierra prehistórica como Gondwana. Pero la historia se repite porque todo este gizzverso parece ser circular, un relato infinito encerrado en un eterno retorno nietzscheano, y ese mismo ser que consigue la tetracromancia, transciende y se transforma en un Dios, podría ser Hun-Tyumi. De ahí ese “Hello” que se oye al final del disco con la voz del cyborg.

[14] Mark Fisher, Lo raro y lo espeluznante (2016). Capitulo 3: “El cuerpo, un amasijo de tentáculos”. Lo grotesco y lo raro: The Fall.

[15] Además de su letra con una crítica social explícita, la canción Mars Fors The Rich cuenta con su propio videojuego, un first-person shooter al mejor estilo Wolfenstein 3D o Doom -no sólo en cuanto a la jugabilidad sino también por esos gráficos y texturas tan noventosos- que se puede jugar online y gratuito en:  https://marsfortherich.com/

[16] Más allá de la similitud con el mito de Ícaro, la referencia más clara para este embelesamiento con el Sol es la película Sunshine, en la cual el Astro Dorado es visto como un Dios que ejerce una poderosa atracción en los astronautas, volviéndolos locos (e incluso algo más).

[17] Tanto en Event Horizon como en Sunshine hay dos naves desaparecidas que son encontradas 7 años más tarde por otra tripulación que parte en una nueva y mejorada nave, y la canción que cuenta la partida de una nueva y mejorada nave (Venusian 2) en busca de la primera nave desaparecida es el track número 7 del disco. ¿Casualidad? Mi profunda apofenia insiste en lo contrario.

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