Libros para explicarle a tu hijo cómo funciona el capitalismo
Por Leticia Bianca
Consciente de la pasión del macrismo por jodernos la vida y complicarnos el acceso a los libros, que se han convertido bienes suntuarios, Leticia Bianca presenta hoy su quinta columna de “Libros gratis contra el ajuste”, esta vez con cuatro recomendados para explicarle a tu hijo cómo funciona el capitalismo y sembrar una semilla de rebelión. Y todo al alcance de un click.
(Acceso a los enlaces de descarga clickeando en la tapa de cada libro)
Realidad: La plata no alcanza. Explicación: Ganó Macri. Marco teórico: la derecha neoliberal conquistó Occidente. Solución: una serie de recomendaciones de libros gratis para sumergirnos en la ficción y olvidarnos del mundo. En tiempos de Trump, Putin, Temer y Macri, leer ficción sin pagar millones es nuestra única revolución posible. Venceremos.
En este caso nos centramos en historias que pueden despertar conciencias, formar pequeños activistas y cambiar el curso del apocalipsis al que lenta e incansablemente nos está llevando el posmodernismo globalizado. Libros plagados de contradicciones y muchos conflictos de carne y hueso que dejan claro lo terrible que puede ser la vida real aún desde la ficción pero que esconden también una semilla de rebelión. Para contrarrestar el FIFA, el GTA y los youtubers, recomendamos libros gratis contra el sistema para que el joven de tu familia aprenda que, como decía el amigo Gramsci, no solo hay que entender el mundo, sino también hacer algo para cambiarlo.
Si te gustó la escuela, te encantará el trabajo, Irvine Welsh
Del creador de la ya clásica novela/película inglesa Trainspoitting rescatamos esta antología de cuentos picantes, satíricos y tragicómicos con un coro de personajes en situaciones límite de todo tipo. El sexo, las drogas, los fracasos, los enfrentamientos de clases y hasta gangsters componen así un universo oscuro que va desde Estados Unidos hasta Edimburgo y muestra el lado B de la vida poco acomodada de las clases medias. Con un título que no pasará desapercibido ante cualquier adolescente, este libro puede mostrar que la literatura es de todo menos seria y conquistar a tu vástago para el lado bueno de la fuerza todo en solo un movimiento. Comparado con los hermanos Coen por el nivel de desparpajo y disparate de su prosa, este escocés puede servir también para mostrarle a tu crío que incluso los ingleses la pasan (muy) mal.
El club de la lucha, Chuck Palahniuk
De la biblia grunge de donde salieron las frases «Lo que posees acabará poseyéndote» y “Tenemos trabajos que odiamos para comprar cosas que no necesitamos” y encima inspiró una de las películas más emblematicas de una generación entera no se puede pedir más que magia y magia antisistema. Dos personajes marginales, insomnio, boxeo y una catarata de imágenes turbias, confusas e inolvidables como las que se ven en la cinta de Fincher no requieren más justificación: todo adolescente debe leer este libro para entrar al mundo, punto. Pero si hace falta el argumento, se trata de un personaje (en problemas) que conoce a un vendedor de jabón (en más problemas) que lo mete en un club de boxeo clandestino (más problemas) con una filosofía muy particular (y muy problemática). Lo que sucede a continuación te sorprenderá.
13,99 Euros; Frédéric Beigbeder
Primera parte de la mítica trilogía policial Millenium, de la que se hicieron no tres sino seis películas (las suecas obviamente son mejores que las yankis) y sigue dando dividendos con nuevas ediciones aún muerto el autor, este atrapante ladrillo escandinavo retrata no solamente la vida de la genial hacker punk bisexual espía y tatuadísima Lisbeth Salander, sino que también plantea una radiografia minuciosa de las oscuras relaciones de los suecos con los nazis, los suecos con la trata de personas, los suecos con la libertad sexual y los suecos con la corrupción. Ahora que están tan de moda las series nórdicas, viene bien que el niño sepa que no es novedad que allá lejos en Laponia están todos chiflados hace mucho tiempo. Y si le gusta el convite, tiene dos tomos más para relamerse.