El Ángel de la historia contra la casta peronista
Por Leticia Cappellotto
Leticia Cappellotto leyó Los peores, el más reciente libro de Juan Grabois, en el que el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) pretende desarmar los más habituales lugares comunes contra los integrantes de ese sector. Pero allí también desgrana críticas contra la «casta», el «estado impotente» y otros tópicos polémicos.
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Los peores, el último libro de Juan Grabois, explora uno a uno los insultos a los que se debe enfrentar el sector de la economía popular desde la derecha y los desarma con alegatos teóricos, anecdóticos y personales. “Vagos”, “Chorros”, “Ocupas” y “Violentos” son entonces los capítulos en los que se divide el texto, que combina citas de las encíclicas del Papa Francisco con frases textuales de la Biblia y algunos conceptos de Hegel, Marx y Kant.
Así, al presentarlo junto a gobernador bonaerense Axel Kicillof gritando «¡Kant!» al unísono, el líder de un sector de la economía popular da por muerto el tibio frondicismo que el primer kirchnerismo -¿ahora kiciloffista?- quiso instalar como modelo de desarrollo y expone una serie de medidas viables para sacar a Argentina de ese cantar peronista un poco trasnochado y a esta altura del acalorado siglo XXI, triste y centrista.
En líneas generales, Grabois propone un salario universal como el que se viene pregonando desde hace años en Silicon Valley, una reforma agraria al estilo USA Siglo XIX y un reordenamiento de las empresas del Estado en manos de privados (que camufla de forma muy elegante alabando el «modelo YPF»). Es curioso como subraya en todo el libro la diatriba contra el “ESTADO IMPOTENTE”, con mayúsculas, casi casi como un libertario más.
Es que Grabois dice lo que dice porque sabe que lo de la “casta” lo inventó Podemos en España hace una década, aunque dice “los indignados”, que es lo mismo: ese tibio 22M que quiso ser la primavera árabe o la revolución cubana y se quedó en el medio. Es lo que tiene saber de historia política, que te permite jugar con blancas.
Pero hay algo de tufillo benjamineano entre mística e historia que ronda la lectura de este libro que me parece mucho más logrado que el anterior (Los siete pecados argentinos, una novela de fantasmas que mereció una crítica literaria del super PRO Gonzalo Garcés en nada menos que el diario Clarín) y fundamentalmente más honesto.
Seguimos, tras La Clase Peligrosa, las vicisitudes existenciales del dirigente rico que abrazó a los pobres vía el cura colaboracionista con la dictadura que trabaja en El Vaticano. Ahora como (pre) candidato a presidente. Netflix.
Pero más allá de la telenovela, con benjamineano nos referimos a Walter Benjamin, teórico marxista que mezclaba cierto mesianismo religioso con las estructuras de dialéctica de la historia abordadas por el materialismo más clásico, hasta llegar a alegorías tan extrañas, como aquella del “Ángel de la historia”. No podría jurarlo, pero firmaría sin dudar que Grabois suele leer a Benjamin.
También hay un capítulo sobre violencia de género. Se lo recomiendo enfáticamente a las feministas, si pueden pagar los 4499 pesos que sale el libro, editado por un conglomerado editorial de los más grandes del mundo, que por cada ejemplar que compren le dará apenas unos centavos al autor. O pueden leerlo aquí.